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¿Por qué editar libros hoy en Argentina? ¿En qué período se encuentra el mercado literario? ¿Cómo se ha transformado en los últimos años la relación escritor-editor-lector? Surgen muchas preguntas cuando se intenta dar cuenta del presente de la literatura. No hay dudas que internet es el gran elemento que interpeló una época, pero las editoriales continúan apostando al libro en papel, no como un objeto de culto sino como la plataforma por donde pasan las grandes ideas de la civilización y se inmortalizan para siempre.
En un mundo donde la sociedad parece estar cada vez más atomizada mediante mecanismos de alienación cada vez más sofisticados e imperceptibles, hay una esperanza. O para decirlo de otra forma: hay un puente que que se erige por encima de todo ese caos. No es fuerte como el puente colgante de Brooklyn pero es un camino transitable, construido por cientos de pequeñas editoriales emergentes, que han decidido plantarse en el mercado literario aportando contenido de calidad.
Víctor Malumián es uno de sus constructores. Junto a Hernán López Winne, dirige Ediciones Godot, una editorial dedicada a, como ellos mismos lo indican, «publicar textos que el mercado había olvidado». Comenzó en 2008 y cuenta con autores de renombre como Eduardo Grüner, Martín Kohan y Slavoj Žižek. Este fin de semana se realizó en el corazón de Chacarita la 5° Feria de Editores, una actividad que pinta el paisaje de época en materia literaria: editoriales alineadas como frente de guerrilla. Polvo entrevistó a Malumián para dilucidar este presente.

Víctor Malumián
¿Cuál es tu objetivo al llevar adelante una editorial? ¿cuál es la misión -por llamarle de alguna forma- de Godot dentro de la cultura y de la literatura?
A nosotros nos interesa entrar en el diálogo de la construcción cultural e ideológica como sociedad. La mejor forma que tiene un editor de dialogar es con su catálogo, con lo que decide publicar y con lo que decide dejar de lado. Con Hernán López Winne pensamos Godot como una apuesta cultural. Como una forma de intervenir con libros. Enriquecer la discusión con ideas.
Viviste el mundo de los dos lados, antes y después de internet, ¿cómo cambió la literatura en esta bisagra?
Enormemente. No deja de asombrarme que ante una nueva tecnología todavía están quienes dictaminan el fin de algo. Desde el surgimiento de internet y los libros digitales se habla de la muerte del libro como objeto. Con la aparición de la televisión la muerte de la radio, con la aparición de la radio la muerte del diario. Lo cierto es que con la aparición de nuevos medios de transmisión de información, nuevos soportes, los anteriores se acomodan en nichos específicos. Internet le dio a un montón de escritores un espacio donde experimentar y mostrarse. Paradójicamente muchos blogs se transformaron en libros.
Creo que el libro digital va a ganar ciertas puntas del espectro de publicación, libros académicos de muy baja tirada y voluminosos, donde la búsqueda por palabras clave es un gran plus, por ejemplo. Creo que ya estamos viendo cómo el libro objeto está cada vez más orientado a un diseño de calidad, a un cuidado mucho mayor para tener un valor especial. En síntesis, abrió un campo de experimentación de bajo costo y alta exposición.
¿Creés que internet deterioró o alentó la relación de la sociedad con la literatura?
No creo que se pueda medir en mejora o pérdida absoluta, algo está cambiando y estamos en el medio de ese cambio. Es verdad que la lectura sostenida viene decayendo, pero no creo que sea internet el problema, ni de cerca. Vos mirás el subte por la mañana y la foto que podías sacar hace 4 años con todos los usuarios leyendo el diario gratuito de la mañana, ahora está matizada por celulares con auriculares y Netflix, Candycrash, e-readers, whatsapp, etc.
Hay un notable cambio en el consumo, se habla de lectura diagonal e insisto en que se perdió el acto de la lectura concentrada y sostenida, pero por otro lado tenés fenómenos como los booktubers que son chicos que devoran libros, se sientan en frente de una pantalla y los recomiendan a otros chicos de la misma edad. No sé cómo van a evolucionar esas lecturas, pero a priori me parece genial que eso pase. La multiplicación en la exposición de ese contenido sólo se da bajo factores tecnológicos que lo posibilitan. No tenemos que olvidar que es el Estado quien tiene que generar lectores, sobre todo en los momentos escolares, mediante políticas públicas.

PH: Matías Moyano | 5° Feria de Editores
El catálogo de Godot es variado. Ustedes se definen con «la clara intención de publicar textos que el mercado había olvidado». ¿Qué tan difícil es esa tarea?
Tan difícil como genial. Indagar entre libros viejos en busca de ideas que tienen varios años de antigüedad pero que todavía sirven para analizar la realidad.
¿Cómo hacerle frente a los libros de moda de hoy, a la novedad?
Creo que vamos por otro carril. Esto tiene sus ventajas y desventajas. A favor nosotros como editorial no tenemos obsolescencia, no tenemos libros que pasen de moda. Nuestro fondo se vende parejo. La contra es que rara vez nuestro catálogo coincide con el tema de moda, llámese los estudios sobre el cerebro, las novelas eróticas o lo que sea, y no ganamos ese impulso de venta. La última novedad que publicamos es La risa de Henri Bergson (Premio Nobel 1927) y no es un tema actual, pero es un tema que siempre será interesante, entender por qué no reímos, qué nos hace reir.
¿Cómo hacerle frente a las grandes editoriales? ¿cómo es esa puja en el campo literario?
Las editoriales más chicas tenemos la posibilidad de ser más ágiles y de probar sin tanto miedo al ridículo o al fracaso. No tenemos una serie de gerentes a los cuales pedirles permiso. Creo que nuestro mayor campo de experimentación son las redes sociales, donde podemos segmentar mejor nuestro público y lograr las recomendaciones más personalizadas.
Por otra parte, tenemos grandes aliados que son los libreros independientes que nos dan una enorme mano en la difusión de nuestros catálogos. Buenos Aires tiene grandes libreros que recomiendan con pasión los libros que a ellos más los marcan sin importar quién lo edita.
¿Leés e-books? ¿Creés que llegaron para quedarse?
No logré engancharme con la experiencia del del e-reader. Pero me parece que no hay dudas sobre las virtudes de los e-books. Ediciones Godot tiene todo su catálogo digitalizado en epub. Creo que resuelve una serie de problemas asociados a la logística, mismo a la accesibilidad, por ejemplo para no-videntes, si todas las editoriales tuvieran sus catálogos digitalizados mediante un lector de pantalla podrían acceder a cualquier contenido. Me parece que no están ni cerca de ser excluyentes (digital vs analógico). No es extraño esperar una proliferación de editoriales 100% digitales así como editoriales analógicas que vuelquen algún plus de contenido en sus libros digitales.
Y por último, ¿cómo evaluás las políticas estatales de los últimos años en el mercado editorial? ¿hubo cambios desde el último cambio presidencial? ¿ves un futuro esperanzador?
Es muy difícil analizar el impacto de la apertura de las importaciones en medio de una recesión y el reciente tarifazo. Todos los sectores están resentidos, si la gente sale menos a comer, va menos al cine ¿por qué seguiría comprando la misma cantidad de libros? No hablemos de los sectores sociales que en lugar de reducir sus gastos recreativos han visto afectado su poder de consumo en artículos de primera necesidad. Dicho esto, creo que la forma en que se implementó la apertura de importaciones no fue la ideal.
Etiquetas: Ediciones Godot, Editoriales, Literatura, Víctor Malumian