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Por Federico Capobianco
I.
La fábrica de calzados brasileña Paquetá llegó al parque industrial de Chivilcoy a través de su filial local Perchet Argentina S.A. en el año 2006 con un plan de inversión de 20 millones de pesos y el objetivo de crear 2000 puestos de trabajo. El impacto positivo para el empleo y el sector industrial local era inimaginable, se suponía un despegue para la ciudad en su conjunto.
Aunque esos números no se alcanzaron –en su mejor momento la empresa llegó a tener empleadas 1200 personas-, a inicios de 2016, con el gobierno de Macri estrenando gestión, la planta era de poco más de 800 trabajadores. Para enero del 2018 se había reducido a 694, y en el transcurso de este año una serie de retiros voluntarios cuentan, en este momento, 590 trabajadores. Según el Censo del año 2010, Chivilcoy tiene casi 60.000 habitantes –los más de 4000 restantes están distribuidos dentro del partido-; de ese total, aproximadamente el 50% es potencialmente activa. No falta hacer las cuentas para entender la injerencia que tiene Paquetá en ese porcentaje y en la dinámica de la economía local.
Previo al arribo de la empresa el contexto era claramente distinto: acuerdos bilaterales entre Brasil y Argentina y políticas destinadas al control de las importaciones y su consecuente sustitución llevaron a los brasileros a considerar mejor la alternativa de instalarse y producir en el país. El mercado interno se encontraba en crecimiento y, dentro de él, Adidas se expandía por todo el territorio nacional. Del total de la producción que los cariocas estimaban, la marca alemana representaría el 80%: todo era favorable.
Hoy sucede todo al revés: el consumo interno apenas se mueve, los costos ya no son rentables –la marca Volcom retiró su producción de Paquetá porque se volvió más barato traer sus productos del exterior-, y el gobierno nacional sigue creyendo que es mejor permitir que entre cualquier cosa de afuera, decisión que golpea fuertemente a la gran industria nacional, entre ellas la del calzado.
II.
Marcelo Aguilar es Delegado regional de UTICRA –Unión Trabajadores de la Industria del Calzado que representa a los trabajadores de Paquetá-, en diálogo con Polvo manifiesta preocupación frente a la actualidad: “a nivel nacional hemos tenido más de 7000 despidos y las empresas no están pasando el mejor momento. Las importaciones nos golpean mucho, el mercado interno apenas se mueve porque el trabajador no tiene plata en el bolsillo y al gobierno actual le importa poco los trabajadores y la industria”. Además aporta claridad sobre las informaciones cruzadas que salieron en medios nacionales sobre la situación local: “En Paquetá, al haber adelantado kits –pedidos-, tenemos un hueco sin producción donde no tienen con qué llenarlo, entonces la empresa adelanta las vacaciones para cubrirlo. También nos dan una semana con goce de haberes. Lo que la empresa dice es que cuando se vuelva de las vacaciones va a haber trabajo.”
La problemática toma entonces otro color, ya que, por ejemplo, Crónica había informado que la planta había cerrado sus puertas: “se mezcló un poco con lo que sucede a nivel nacional pero hoy –por el jueves 23-, se trabajó con normalidad”, aclara Aguilar. Sin embargo, reconoce que prima la incertidumbre: “Durante este año hubo una caída de pedidos porque Adidas está stockeado. Nosotros estábamos haciendo a principio de año un promedio de 10.500 pares y ahora estamos haciendo 7.000. Por esto hubo un par de retiros voluntarios donde nosotros como institución y como gremio repudiamos totalmente aunque es una situación personal donde el compañero decide retirarse. Eso se frenó, por el momento, al menos hasta ahora, porque puede ser que mañana cambie todo. Hoy se vive el día a día, estamos en la lucha constante, tratando de estar junto al compañero en todo momento. La marcha del viernes –por el viernes 24- fue para marcar presencia, por ahora no podemos iniciar un plan de lucha porque la empresa está trabajando. Los compañeros y nosotros tenemos incertidumbre, estamos preocupados.”
Frente a la pregunta de si hubo acercamientos por parte del Municipio, Aguilar responde que han estado presentes. Según trascendió en medios locales, el Intendente articuló para que mañana –martes 28- trabajadores y gremialistas locales se reúnan con funcionarios del Ministerio de Trabajo provincial.
La preocupación también se hace notar en los trabajadores. Sebastián Fernández este año cumple 10 años dentro de la empresa, vivió cada uno de los procesos de reducción de personal y hoy atraviesa esta nueva situación con su fuente laboral en riesgo: “El adelanto de las vacaciones y los retiros voluntarios son medidas que la empresa está tomando para poder hacer frente a la situación por la que atraviesa. Cabe destacar la predisposición de la empresa para seguir adelante, pero de no revertirse las medidas económicas de éste gobierno lamentablemente hay un futuro incierto. Los estamos viendo día a día con el resto de fábricas del mismo rubro.”
Según pudimos conocer por testimonios de otros trabajadores, la empresa cuenta con trabajo hasta fin de año y si no entran pedidos nuevos peligra su continuidad. Aunque los números cierren con la producción de Adidas únicamente, si el mercado interno se sigue achicando se complica realmente el cierre de números. Empresarios brasileros pensaron en negociar con la multinacional alemana los pedidos que antes se trabajaban en la empresa de Esteban Echevarría, Extreme Gear, que cerró sus puertas a mediados de agosto.
III.
El pasado jueves 23 de agosto en una agitada sesión del Concejo local, donde estuvieron presentes centros de estudiantes, docentes y gremios debido al tratamiento de la Emergencia Educativa, que terminó con ediles del oficialismo (1País) abandonando el recinto, haciendo denuncias y pidiendo la nulidad de la sesión por el lanzamiento de un encendedor, se trató el proyecto de Emergencia Laboral presentado por Unidad Ciudadana y un sector de PJ-Cumplir, el cual tuvo desacuerdos en comisión por parte del oficialismo en torno al control por la eximición de tasas a nuevos desocupados y la suspensión de los despidos en la precarizada planta municipal. El proyecto fue aprobado por los votos de Unidad Ciudadana y Cumplir. Cambiemos votó en contra –también lo hizo sobre la Emergencia Educativa- y el oficialismo ya se había retirado.
Costanza Alonso es concejal por Unidad Ciudadana y una de las creadoras del proyecto de Emergencia Laboral: “La situación de Paquetá nos preocupa a todos los chivilcoyanos y chivilcoyanas. Estamos hablando de una empresa muy representativa de nuestra ciudad, que hoy en día es la principal fuente de ingresos de más de 600 familias”, y agrega “esto no es una casualidad, es la consecuencia de un modelo económico que fomenta el ingreso indiscriminado de las importaciones en detrimento del trabajo argentino y que, si se profundiza, va a derivar en que cada vez más gente se quede afuera del sistema.”
Desde que Mauricio Macri asumió en diciembre de 2015, la industria perdió más de 80.000 puestos de trabajo y en julio volvió a caer por cuarto mes consecutivo. Mientras tanto, como la primera estrategia de culpar al contexto internacional no alcanzó, el gobierno se encolumna tras el discurso de la corrupción kirchnerista como única vía para intentar alejarse de las aquellas falsas y viejas promesas de segundos semestres y lluvia de inversiones, como si los tres años de gobiernos hubieran estado llenos de buenas intenciones que “otros” truncaron. Y como queriendo desestimar la brutal caída en la imagen positiva del gobierno, presentan a los cuadernos de Centeno como algo de vital importancia para la realpolitik mientras las 57 universidades públicas del país se encuentran de paro tras el brutal desfinanciamiento que profundiza una crisis educativa arrastrada de años. A todo esto, Macri sigue hablando del país que nos merecemos pero no de que eso que nos merecemos, se los están llevando los ajenos.
Etiquetas: Chivilcoy, conflicto laboral, Emergencia Laboral, Paquetá