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Por Leticia Martin
¿Es un libro feminista Teoría del derrape? ¿Qué busca Pablo Perantuono con esta primera novela? ¿Qué narra esta debacle anunciada desde el título? Diego Correchea trabaja en una empresa en la que nunca termina de convertirse en una amenaza para su jefe quien, por momentos, hasta le oficia de confidente. Antes, además, había trabajado en un shopping de zona Norte, donde las cosas tampoco le salían demasiado bien. Cumplía una función que no terminaba por desvivirlo y que tampoco le permitía sobresalir. No era esa su intención. Sin embargo sí la de su padre, que no dejó pasar oportunidad en la que hacérselo notar. ¿Qué le interesa a un pibe como Diego Correchea que no está entregado a la franca competencia y al éxito mercantil?
Teoría del derrape transcurre en los años 90`s, recorre la década ganada y concluye en el nuevo intento de aplicar políticas neoliberales en la Argentina intervenida por la aparición de las redes sociales y fake news. ¿Estamos frente al intento de contar –a partir de un caso particular– el devenir de toda una generación de jóvenes de clase media convertidos en hombres fracasados y sin capacidad de establecer relaciones humanas saludables?
Diego arranca mal, peleado con su padre –un hombre mayor, irónico, competitivo, desafectivizado– y sigue peor: en crisis con su novia, que luego será su mujer y la madre de su hijo hasta, finalmente, llegar a ser su ex-esposa. Pero, al mismo tiempo, Diego atraviesa la negación de un tumor que se palpa en la nuca, la negación de la muerte de su padre, la mala relación con su hermano emigrado, el casi nulo contacto con su madre. Signada por la abulia, las necesidades básicas saciadas y el desánimo; su vida se va desgastando sin motivaciones, sin brillos y sin demasiados logros. La típica historia del anti héroe que, sin embargo, reflexiona sobre ese devenir triste, empobrecido, deslucido y sin chances de hacer mérito o esfuerzos desmedidos por ninguna causa.

Pablo Perantuono
Pero volvamos a la pregunta inicial. ¿Es una novela feminista esta Teoría del derrape? ¿O es una novela machista? ¿Construye estereotipos como toda representación? Y en su defecto: ¿cuáles son estos? ¿Qué hay detrás de estos pibes hablando de las espaldas sensuales de sus amigas, de los culos bien formados de sus compañeras de trabajo, de los vestidos escotados de las colegas de sus mujeres, de yeguas, de perras, del flirteo y pirateo, de la necesidad de jugar al fútbol para escapar de la realidad? ¿Qué hay del jefe de Diego cuando reflexiona: “viste como son las mujeres… Siempre van a encontrar un problema donde no lo hay, siempre van a sentirse amenazadas por nuestro silencio”, para terminar diciendo que solo puede hacer lo que su esposa le deja? ¿Por qué volver a construir una historia desde ese lugar? ¿A dónde nos lleva el ponernos una vez más frente a este tipo de representaciones?
Sin dudas los personajes de Perantuono no se han deconstruido. Tal vez sí estén en vías de. Sin embargo esto no los exime de nada. Diego va atravesando años de florecimiento macroeconómico –discutidamente mal administrados– donde los jóvenes que se hacen hombres avanzan a los tumbos entre el “querer ser libres” y el no terminar de ubicar sus “responsabilidades”. Esos perfiles, si bien estereotipados, como señalaba, delinean personajes que se recortan muy bien unos de otros y que permiten una trama ágil, que va pivotando a gran velocidad y que mantiene al lector entusiasmado y activo. El derrape del protagonista nos abre entonces a una nueva interpretación. ¿En qué deviene ese macho? ¿De dónde viene? ¿A qué responde? ¿Qué le transmitió ese padre que, además de torturarlo emocionalmente, termina salvando su vida del desastre económico?
Diego cae. Avanza en caer. Recae. Va chocando con distintas paredes hasta el choque literal y definitivo del final. Pierde. Elige perder. Ni el alcohol, ni las drogas, ni las mujeres descartables de Facebook y luego de Tinder, ni el Viagra, ni la negación terminarán por saciar esa búsqueda arrojada y sin rumbo. Y en ese devenir de un hombre nuevo que se retrata en esta historia, Correchea –y en su personaje, también, Pablo Perantuono– matan al padre muerto, sepultan todo aquello que no eligen ser/representar y terminan recuperando a ese hijo perdido. En ese gesto, entiendo, se repara el desequilibrio inicial. Ese hijo crecerá distinto, producirá una síntesis, será Otro tipo de hombre.
No está claro si este plan de derrapar al límite fue un plan deliberado o si Diego solo ha dejado que la vida y la cultura de su país, los medios que consume y las redes en las que se recuesta lo lleven. Sí hay que detenerse en una casualidad lúcida de la trama. Allí donde el autor hace coincidir el punto más bajo del derrape con la salvación de esa vida en peligro a partir del descubrimiento del tumor, que desembocan en un cierre restitutivo.
La novela recuerda cierta exposición sincera de los patrones actuales de construcción de las masculinidades y las relaciones humanas que aparecen en La Uruguaya, de Pedro Mairal, o incluso en la relación dificultosa entre un padre exitoso y un hijo que no elige serlo, como es el caso de Papá, de Federico Jeanmaire. No solo porque ambos ubican la madurez del hombre en los 40 años, como Perantuono, si no por la liviandad de la trama que va y viene sin demasiadas pretensiones.
Más allá del sinsabor del derrape constante y la desidia que tiñe gran parte de esta historia, hay que señalar la virtud de muchas de las elipsis y saltos de la trama, así como la estructura en tres capítulos, de estilo clásico. Sin dudas estamos frente a un gran primer paso que augura novelas realistas mucho menos costumbristas y que, seguramente, no abandonarán los logros de haber erigido una trama sólida, atrapante, y llena de condimentos elocuentes.
Pablo Perantuono
Emecé Editores
Etiquetas: Leticia Martin, Pablo Perantuono, Teoría del derrape