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Por Luciano Lutereau
1.
Pensar lo peor es un modo de querer controlar una situación antes de que ocurra, sin que sea seguro que vaya a ocurrir.
El desgaste anímico de esta actitud es enorme y, valga la paradoja, no se puede controlar.
En todo caso, sí puede interrogarse por qué se vuelve necesario pensar de forma compulsiva.
No es pensamiento al servicio de la resolución del problema, sino pensar todo el tiempo como vía de tenerlo agarrado.
Así se genera la ilusión de que se lo domina y se evita un suceso que se vive como un riesgo o como un ataque.
2.
Muchas veces el pensamiento no se usa para pensar -es decir, para elaborar- sino para producirnos una ilusión de control de la realidad.
“Pienso, entonces controlo”, dice el sujeto hoy.
Y más piensa cuando en su interior no hay una duda, sino una sensación oscura, no integrada y que se parece a la culpa, pero no es culpa.
Es la sensación de que internamente le sucede algo malo, algo está mal adentro suyo.
Si el pensamiento no apareciera para tratar de ejercer su control, tal vez se tendría algún tipo de hipocondría.
Si el pensamiento hace valer su dominio llegan los pensamientos negativos y fatalistas.
3.
Pensar lo peor no solo es un pensamiento, es también lo que alguien se permite a partir de lo que piensa.
Con la fantasía de lo peor, puedo justificar un impulso (y decir «Estaba nervioso»), puedo habilitarme ser cruel con otro (y decir «Me angustié) y así otras cosas que, si no pensara lo peor, no podría hacer.
Entonces la serie se invierte y no es que el pensamiento causa la acción, sino que es un motivo para hacer ciertas cosas sin que nadie me pueda pedir explicaciones morales, para volverme irreprochable.
Pensar lo peor, cierta forma de pesimismo, es un modo de excusarse; es la proyección de una consecuencia inexistente para hacer posible un acto que, de otro modo, no me atrevería a realizar.
Es una ficción muy útil, tanto como empobrecedora.
* Portada: Detalle de «Un soldado llamado John Andre». Autor anónimo, hacia 1790.
Etiquetas: John Andre, Luciano Lutereau, Pensamiento, Pensar, Psicoanálisis