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Por Estanislao López
Días atrás, recibí un mensaje por WhatsApp, en él un amigo me aconsejaba mirar un video que pocas horas antes se había publicado en la web. Clickeo en el enlace y ahí comienza todo: el parlante de mi celular reproduce una versión de Venus in furs, canción perteneciente a The Velvet Underground, paralelamente irrumpe una hermosa e inquieta Brenda Gandini mirando por una ventana, sale a un gran balcón para segundos después volver a entrar y acostarse con su pelo mojado. Su mano izquierda empieza a deslizarse por debajo del blanco pantalón hasta llegar a la entrepierna. Ahí se queda por unos segundos. Saca su mano para posteriormente repetir el movimiento. Cierra los ojos y abre las piernas, su parte izquierda de la cara se apoya en la cama. Brenda está gozando. Sí. Brenda se está masturbando.
La marca de ropa vegana Nous Etudions decidió promocionar su indumentaria con un video erótico dirigido por Luis Ortega y teniendo a la actriz como protagonista. Una vez terminado de reproducirse, leo como casi todos los comentarios que dejaban los lectores de uno de los medios encargado de publicarlo tenían características similares, “De mal gusto”, “¿Tiene necesidad esta mina de hacer este video?”, “Quedate como estabas que tenías una hermosa cara de ángel”, “La admiraba muchísimo y ver esto me desilusionó por completo”.
Indignados morales
Hay que preguntarse qué es lo que causa tanta indignación moral de parte de esos lectores. Me imagino a un/a señor/a -mientras golpea fuertemente cada tecla- preguntándose cómo es posible que esa chica de cara angelical partícipe, en el pasado, de Floricienta, esa telenovela de tipo de cuentos de hadas e infantil, ahora aparezca tocándose la vagina. Bueno, si bien esos indignados morales lo saben, hay que recordárselo: las mujeres se masturban.
Falta de equidad
Según datos reflejados en la revista Muy Interesante, el 89% de las mujeres se autosatisfacen, de las cuales prácticamente la mitad lo realiza con periodicidad diaria. Cuando uno indaga en la temática y se informa, confirma lo que viene suponiendo; cuestiones culturales impusieron a la autosatisfacción masculina como más aceptada, los hombres hablan más del tema, las mujeres, en cambio, son más reservadas. Uno de los motivos para poder explicar por qué culturalmente esto es así, puede ser el siguiente: el término masturbarse proviene del latín manus turbare, el cual puede significar tanto turbarse con la mano o violentarse con la mano, lo cual demuestra que el onanismo femenino ha sido siempre subsidiario del masculino, al no poseer una palabra determinada para designarlo, teniendo en cuenta que lo útil para estimular un pene no sirve para un clítoris. El término adecuado para este caso sería digiturbarse. La sexóloga Alessandra Rampolla comenta que la autosatisfacción femenina es todavía un tema tabú. Afirma la existencia de una falta de equidad, en los hombres la autocomplacencia sexual se celebra, se hacen chistes al respecto, en cambio no es así con las mujeres.
Sexualidad de la mujer en los medios
Daisy Buchanan -columnista del diario The Guardian– sostiene que el hecho de que ciertas encuestas reflejen a la masturbación femenina como menos frecuente en comparación a la masculina, se debe a la forma en la cual la sexualidad de la mujer se representa en los medios de comunicación: acoso e inequidad, objetificación, violaciones. Esto funciona como un mata pasiones que hizo olvidar que el sexo debe ser una experiencia placentera y gratificante tanto para ellos como para ellas.
Romper el tabú
En Japón todas las personas son similares, o al menos esa es la probable percepción que un occidental tenga al recorrer sus calles: tez clara, generalmente flacas, de baja estatura, y ojos achinados. La notable distinción que puede hallarse a golpe de vista es la existencia de dos géneros distintos. Partiendo de esta premisa se creó -en el barrio de Shibuya, Tokio- Love Joule, un bar para mujeres que intenta romper con el tabú milenario existente a la hora de referirse a la autosatisfacción femenina. En el lugar no sólo se puede conversar sobre distintas temáticas sexuales mientras se toma un trago, sino también, se pueden adquirir distintos juguetes sexuales y poder probarlos ahí mismo, al contar con habitaciones para que ellas puedan autocomplacerse con total privacidad. Si un hombre quiere acceder al bar sólo podrá hacerlo si está en compañía de una mujer. También en pos de luchar contra ese tabú, en el 2013 se lanzó una aplicación para celulares llamada Happy Playtime, esta herramienta tiene como objetivo explicar la anatomía y ofrecer técnicas de autoestimulación mediante varios juegos. Según su creadora, está diseñada para “hablar de forma abierta y divertida sobre la masturbación femenina”.
¿Para quiénes actualmente es un tema tabú?
En sociedades machistas y patriarcales -aún más que las actuales- como lo eran muchas hasta la década del 60 aproximadamente, la identidad de las mujeres estaba dada por el hecho de ser madre, criar a estos hijos, encargarse de las tareas de la casa, y el matrimonio. Poco placer, numerosos deberes. En muchos países, en los últimos años se ha avanzado considerablemente al respecto, significativa parte de la sociedad desea y actúa en consecuencia en relación a la paridad entre ambos géneros, aún cuando ciertos medios de comunicación grafican la figura femenina de un modo determinado buscando el lamentablemente objetivo de generar ciertos encasillamientos. Es muy factible que hoy en día no tenga el carácter de inusual que jóvenes conversen sobre este tema entre ellas, e incluso hasta con hombres. Por ende, es interesante interrogarse para quiénes actualmente es un tema tabú hablar de la autocomplacencia sexual. Probablemente sí sea menos frecuente en personas más grandes, en este caso el conservadurismo propio de la religión católica -fuertemente machista- sumado a las imposiciones -durante años- de educación represiva puedan tener más ingerencia en comparación con mujeres de menor edad, al haberse criados estas ultimas en una sociedad que, en líneas generales, fue evolucionando en estos aspectos.
Brenda se masturba y se masturbará
Si trazamos una comparación con la masculina, salen a la luz los condicionamientos culturales generadores de que la autosatisfacción femenina sea una temática socialmente menos naturalizada. Ahora bien, en estas épocas caracterizadas por el intento de reivindicar la igualdad de géneros, y aún sabiendo que en esta lucha por esa equidad hay puntos más importantes y significativos que la naturalización social de la autoestimulación sexual femenina, es necesario hacer referencia al tema. Tal vez, evoluciones culturales mediante y cierto tiempo transcurrido, sean los responsables de una futura inexistencia de comentarios colmados con semejante irritación. De cualquier modo, aún cuando esos comentarios provenientes de indignados morales siguiesen estando, las mujeres van a continuar masturbándose. Y así como algunas personas seguirán enfureciéndose, otras aprobarán un video mostrando cómo la mano izquierda de una mujer empieza a deslizarse por debajo del blanco pantalón hasta llegar a la entrepierna. Porque sí. Porque Brenda está gozando. Porque Brenda se está masturbando. ¿Y qué?
https://www.youtube.com/watch?v=4nzH7HLwK2E
Etiquetas: autoestimulación, Brenda Gandini, Estanislao López, masturbación femenina, sexualidad, tabú