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Por Adolfo Francisco Oteiza
Año 1975. The Thrilla in Manila. 40 grados en el mediodía filipino, porque occidente quiere ver. Décimo tercer round. Ferdinand Marcos y Don King se relamen. Un gancho a la pera y un bucal vuela a la quinta fila. Tercera pelea entre ambos. No fue catalogada como la Pelea del siglo pero ya lo es. Sin bucal lo busca, lo sigue, como momia que es según su rival. Termina el décimo tercer round con un Ali desgatado de tanto castigar y un Frazier casi ciego. Hasta antes que suene la campana que de inicio al décimo cuarto round llevan 33 asaltos de odio. Llega la campana. Como pueden abren surcos para encontrar a su rival. Todo es cansancio. Pero Frazier odia con razón y a semejante odio argumentado solo lo puede detener su esquina. Los espectadores sorprendidos. La muerte no está lejos. Ali nunca la vio tan fea. No ya por los golpes del rival, que los sufrió durante todo el combate, sobre todo del cuarto al octavo, sino porque el oponente no cae, y sigue. Es todo desorden, en las gradas y en el cuadrilátero. El rostro de Frazier es una pera, el cuerpo de Ali está destrozado. Ali cuando puede y conecta continúa lastimando el rostro de su oponente ya completamente ciego. Frazier no se queda atrás y lastima el cuerpo de un Ali fatigado, agotado. Ambos buscan el knockout. Un Mohamed Ali ya arrepentido de tanto maltratar antes de la pelea a quién le prestó dinero mientras lo mantuvieron fuera del cuadrilátero por no querer participar de la Guerra de Vietnam; a un Frazier que le brindó su regreso al boxeo en 1971 tras hablar con el entonces presidente de los EEUU, Richard Nixon, y otorgarle la oportunidad de volver ese mismo año por el título mundial de los pesados, en la catalogada Pelea del siglo. Ali se portó muy mal con Joe, y Joe no lo perdona ni arriba ni abajo del cuadrilátero. Termina el décimo cuarto asalto.
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Esta noche en el MGM de Las Vegas tendrá lugar La pelea del siglo. Los dos libra por libra más importantes de este siglo por fin se verán las caras por la unificación de tres títulos diferentes del peso wélter (AMB, CMB y OMB). La expectativa es enorme tanto en números como en ver si Manny Pacquiau de 36 años (57-5-2 con 38 KOs) es capaz de conectar a un Floyd Maywaether de 38 años de hasta ahora una carrera impecable con unos números sorprendentes (47-0 con 26 KOs). Manny, un chico filipino criado en las calles, religioso y congresista y amado más allá de las fronteras de su pueblo frente a un Floyd excéntrico, hijo de un ex campeón, y silbado más de una vez por sus propios compatriotas por su estilo evasivo e inteligente pero certeramente efectivo. Allá por el 2009 se podría haber dado la pelea. Ambos se encontraban en su mejor momento. Manny no había recibido el brutal KO de Márquez y Floyd era un poco más rápido. Los números en cash no son menos sorprendentes. La bolsa oscila entre los 150 y 180 millones de dólares para Floyd y entre los 100 y los 120 para Manny. 60-40 en porcentajes y 60-40 también en probabilidades. El favorito, ya lo sabemos, es Mayweather, pero todos esperamos a un Manny triunfante; no ya porque uno sea el bueno y el otro el malo, sino porque todos estamos a la expectativa de ver tocar lona al norteamericano.
Nunca hubo tanto alboroto y preocupación en ambas esquinas. El décimo quinto parece un exceso. Ali busca aire en la sofocante Manila. Frazier está ciego (ya antes de la pelea tenía un ojo de parcial a completamente ciego). Cuenta la leyenda que Ali en su esquina pedía que le cortaran los guantes, no quería salir al último asalto. Frazier quería salir, pero la sensatez de su esquina dijo basta, no más Joe. Con la contienda terminada un Mohamed Ali extenuado se levanta a festejar el triunfo. Frazier parado no puede ver lo que va a suceder. Ali, el mejor o uno de los mejores pesados de todos los tiempos, se desploma contra la lona en pleno festejo. Joe no lo puede ver, de momento está ciego. Ali se disculpó tras la contienda. Frazier nunca lo perdonó.
Si bien esta noche no veremos una épica similar (el boxeo cambió mucho con los años), el solo hecho de ver quién se corona como el mejor libra por libra de nuestro tiempo ya no nos puede decepcionar pase lo que pase. La hora programada: 00: 00 de Argentina. Floyd Mayweather-Manny Pacquiao. El mundo del boxeo hambriento por recuperar su gloria pasada. Ya nos late el pulso. Por ahora, la pelea del siglo.
Etiquetas: Adolfo Francisco Oteiza, Ali, Floyd Mayweather-Manny Pacquiao, Frazier, Pelea del siglo