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01-04-2016 Entrevistas

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Por Luciano Sáliche

Todo lo que sucede en Piluso, sucede de verdad. En el medio de la llanura pampeana, cuando las luces bajan, los sapos ladran y los grillos flashan, la noche chivilcoyana se pone intensa. Hoy se presentan en el bar más rockero de la ciudad Última Caída, una banda porteña que viene a pasar la prueba de fuego de estas latitudes. Ignacio Bolivar, el cantante del grupo, habló con Polvo y dijo que es la primera vez que tocan fuera de Capital. ¿Casualidad? Nadie que entra de Chivilcoy sale de la misma manera. El año pasado sacaron su primer disco, Celda de Papel, que tiene un sonido bien pulido, vibrante, que queda sonando en el metal de la tarde.

Si bien hay guitarras distorsionadas y algunos riffs lo que prevalece es la cuestión pop: sonidos psicodélicos, flashes technos, sintetizadores, coros y tensión que sube y baja como un ritmo inquebrantable. “El pop te asegura un desprejuicio y una libertad que a veces el rock condena. Si haces pop, podés llevarlo al extremo que quieras y nadie lo va a juzgar, del rock se esperan cosas más definidas. El pop puede romper la ‘celda de papel’ y escapar a donde quiera según las ganas que tengas”, comenta Bolívar. ¡Cuánto le ha costado al pop salirse de la casilla de lo comercial, lo insípido y lo naif! “Hay de todo, -explica el cantante- hay naif y hay con mayor pretensión. Las letras de Celda de Papel son bastante desgarradas, hay poco de naif en nuestro mensaje. Bandas como Depeche Mode o los Pet Shop Boys terminaron un poco con la época del pop vacío ya allá por los 80. Hacer pop vacío hoy es medio anticuado”.

En 2013 sacaron un EP -que recuerdan como “casero, impulsivo, inconsciente”- pero dos años después, en noviembre de 2015, lograron publicar el ansiado long play, el larga duración, y encima armar un video con buena calidad y narración profesional. “Grabar el primer disco fue un crecimiento inmenso que quizás aún no dimensionamos. Aprendimos y avanzamos tremendamente en lo musical, personal y organizacional”, cuenta y, mientras lo dice, suena un fragmento oscuro pero a la vez brillante del anteúltimo track del disco que dice «taladra el silencio en esta celda de papel sin piedad» como si fuera una bruma espesa que se forma en los ojos de quienes se atrevieron a subestimar al pop.

El mundo cambió: Internet apareció para modificar los modelos de negocios y las formas de que las cosas funcionen. ¿Se puede vivir de la música vendiendo discos? ¿Qué lugar ocupa la reproducción del disco desde el hogar? ¿Qué hay con la experiencia en vivo? ¿En qué época de la industria musical estamos? “Antes había más apuesta de las discográficas a generar material, hoy está más sectorizado. Eso indefectiblemente genera una diferencia. El músico de hoy es más libre pero tiene más complicado el panorama para subsistir”. A la voz de Bolívar se le suman Luciano D’Andrea, Julián Gutierrez Ostrovsky y Santiago Lentino completando la banda. ¿Cómo se preparan? “¡Tenemos unas ganas inmensas! Estamos medio en modo ‘viaje de egresados’. La idea es sostener esto durante el año y seguir llegando a diferentes lugares a llevar lo nuestro”. Una buena cita para sentir el otoño en clave pop.

 

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