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06-06-2016 Entrevistas

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Por Federico Capobianco

La escena musical de nuestro país se vio interrumpida cuando, a mediados de la década de los 90´, los ritmos latinoamericanos empezaron a mezclarse con el rock y el pop nacional, generando ese sonido que se autodenominaba con las mismas palabras que se describía: “rioplatense”, uniendo así las zonas litorales de dos países bajo un mismo tinte musical.

En esa década, entonces, empezaron a surgir bandas que asomaban con una propuesta diferente. El barrio porteño de Mataderos aportó al género cuando, allá por el 95, un grupo de amigos se juntaron para darle vida a Andando Descalzo, uno de los pilares de esta corriente musical. Al punto que hoy, veinte años después, sigue en la escena desplegando misas descalzas con una bandada de fieles que los sigue por donde vayan.

Dentro de esa bandada, Andando cuenta con una ciudad que los sigue y los recibe desde hace diez años con las mismas ganas de siempre. En todas sus giras por el interior, el grupo desembarcó en Chivilcoy de todas las formas posibles, con shows en estadios, en bares o en peñas, para muchos y pocos asistentes; pero como sea, siempre lo hicieron con la fiesta y la calidad que los caracteriza. Y este año no es la excepción, el público chivilcoyano merecía festejar con ellos estas dos décadas de vida de la banda.

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Después de 20 años, Andando Descalzo continúa su camino como exponente del género y con un sonido que pone a la gente bien arriba. El secreto está en reinventarse sin perder la esencia: “La idea fue ir puliendo un sonido y encontrar ese lugar en donde te gusta cómo suena tu banda. Por supuesto que lleva tiempo y dedicación. Hoy en día con la incorporación de Diego Aput (ex Karamelo Santo), parte de ese sonido se vuelve a reinventar”, explica Juani Rodríguez, su cantante, en diálogo con Polvo, pero a su vez aclara: “No es una prioridad para nosotros mantener la gente arriba, hay veces que se da y se baila mucho, y otras en que se escucha más lo que uno está diciendo en las letras”.

La edad es una variable que modifica todo lo que se ve. A medida que crecemos, cosas que nos interesaban dejan de hacerlo. Los gustos cambian y también cambia el contexto en el cual nos movemos. Las ideas cambian con la época y nosotros con ellas. En los 90’, también, las relaciones, de cualquier tipo, se suponían iban a ser más duraderas, idea que hoy se cae al enfrentarse con una realidad de relaciones efímeras, parejas que se rompen, grupos de amigos que se separan por intereses distintos, proyectos en común que se caen por no poder coincidir en objetivos ni  formas, bandas que llegan a su primer disco y se distancian para buscar caminos diferentes. Además, ¿cómo hilvanar todo eso que aparece cuando uno va creciendo –parejas, familia, trabajos paralelos- con el esfuerzo constante de mantener viva una banda? “Estamos en un muy buen momento grupal y a la vez estamos con muchas cosas personales, de familia, de hijos, y eso quizás en algunas bandas golpea y en cambio en nosotros acomodó un poco las cosas”, expresa y cuenta cuál es la clave: “Ordenar las prioridades y a partir de eso entender al otro, en la que está y cubrirse, es algo que hay que trabajar, no se da solo pero estamos en constante diálogo para que las cosas estén en armonía.” Pero veinte años, puestos arriba de la mesa, así amontonados, parecen ser un montón. Tantos años haciendo lo mismo, como pensamiento abstracto, puede asustar un poco, aunque no es el caso de Andando: “20 años dicen que no son nada, pero en nuestro caso representan muchísimo. Tenemos menos de 40 años, así que en nuestra vida, son más los años que estuvimos en Andando que fuera. El camino siempre tuvo un sentido y una manera de hacerlo”.

Algo que sí se deja ver con claridad, es que veinte años después la banda no perdió ni un poco de fuerza a la hora de presentarse en vivo. Cualquiera que los haya visto en sus comienzos, o diez años después, y los haya vuelto a ver hoy, sintió la misma emoción y alegría transmitida desde arriba del escenario: “Los shows los seguimos viviendo y sintiendo con la misma energía. Poder subir a un escenario y hacer lo que nos gusta es una de las cosas más gratificantes que nos puede pasar”, cuenta Juani y destaca: “Obviamente vamos buscando nuevos desafíos musicales y también desde la puesta en escena, pero la esencia sigue siendo la misma”.

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Hoy, con un ambiente musical absorbido en el marketing, el streaming pago o repleto de publicidad, y bandas que buscan el ascenso fugaz hacia la masividad, Andando Descalzo se mantiene en la misma línea desde sus inicios: con la misma fuerza para shows grandes en Capital Federal o más chicos como acá en Chivilcoy; usando la web para promocionarse como debe ser, pero también para colgar en su sitio todos sus discos editados para que poder escucharlos sin interrupciones o descargarlos directamente. “Nosotros somos músicos que hacemos música, y tenemos una forma de ver las cosas y lo trasmitimos no solo en lo musical, sino también en cómo nos manejamos con nuestro alrededor”, lo que deja en claro la posición tomada por la banda.

Ya pasaron veinte años y la banda no piensa en detenerse, al contrario, mientras siguen con los shows por los festejos, ya están trabajando a futuro: “Estamos demeando canciones nuevas para entrar a grabar un nuevo disco de estudio en el 2017”. Antes que eso, Andando vuelve, una vez más, a presentarse en Chivilcoy con una nueva celebración descalza junto a un público que lo siguió, lo sigue y lo seguirá por veinte años más.

Andando Descalzo en Chivilcoy
Sábado 11 de Junio
La Ronda Cultural  -Ayacucho 280-
Anticipadas en Kiu Récord –25 de Mayo y San Martín-

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