Blog

Por Federico Capobianco
Y Babilonia, destruida tantas veces,
¿quién la volvió siempre a construir? ¿En qué casas
de la dorada Lima vivían los constructores?
¿A dónde fueron los albañiles la noche en que fue ter-
minada la Muralla China?
Bertolt Brecht, “Preguntas de un obrero que lee”
El poema completo de Bertolt Brecht se puede encontrar, también, en los márgenes de las páginas de los manuales de ciencias sociales para secundaria como introducción a la microhistoria y a pensar cómo leemos la historia, acostumbrada a nombrar a pocos y omitir a muchos.
Es algo adquirido, aceptado, y a veces difícil de corregir. Toda construcción tiene pilares que no vemos pero sabemos que están ahí; los constructos sociales también. Ninguna luz por sí sola llega a alumbrar todos los rincones. Aun cuando nuestro interés redirija el enfoque, quedarán otras zonas en plena oscuridad. ¿Qué sucede cuándo se decide alumbrar ahí donde poca luz llega porque todas, absolutamente todas las luces, apuntan para el otro lado?
En el año del mundial de Rusia, a tan solo unos días de su inicio, en la ciudad de Chivilcoy acaba de proyectarse, en tres funciones continuadas a sala llena, el documental Contrapelota, estrenado meses atrás en la útlima edición del BAFICI. El motivo del éxito local es claro: uno de sus protagonistas y su historia transcurre en Chivilcoy.

Domingo Sganga (de negro), presidente de Victoriano Arenas, durante un concurso en una cena del club.
El documental narra cuatro historias que representan las cuatro patas que sostienen la maquinaria: dirigencia, jueces, cuerpo técnico y jugadores. La idea tiene profunda conexión con Guillermo Ruíz, guionista y productor de Contapelota: “Jugué muchos años al fútbol en Villa Mercedes de San Luis, de donde soy oriundo. Cuando me vine a estudiar a Buenos Aires, aún después de recibido y de estar trabajando, viajaba todos los fines de semana a jugar. Salía del laburo directamente a Retiro y de ahí un colectivo a San Luis, llegaba, me iba al club, concentraba, jugaba, al otro día almorzaba en lo de mi abuela y me tomaba un bondi de nuevo, bajaba el lunes en Retiro y me iba al laburo. Así millones de historias. Tenía compañeros que, por ejemplo, firmaban contratos de 100 pesos por gol y el arreglo del guardabarros del auto que usaban para remis. Siempre me apasionaron esas historias porque viví ese fútbol de adentro, haber estudiado periodismo me hizo observarlo de afuera y entender que había un mundo maravilloso para contar.”
Previo al documental, el equipo realizador pudo tener su propio laboratorio de pruebas. En el viejo programa de Mex Urtizberea, Mañana vemos¸ Ruíz coincidió con Diego Crespo, director de Contrapelota, y el montajista Pablo Martín. En el programa les pidieron hacer una sección sobre fútbol y Ruíz encontró el lugar exacto para contar esas historias y Crespo y Martín lo siguieron. “Estuvimos 8 meses recorriendo el ascenso -cuenta Ruíz-, de 60 historias habrán salido al aire 40 y de aquellas 40 elegimos 4 que nos permitieran contar un perfume del mundo del ascenso, por eso elegimos un jugador, un árbitro, un dirigente y un director técnico. Cada uno tiene algo que nos llamó la atención.”
Desde Valentín Alsina, el presidente de Victoriano Arenas, Domingo Sgagna, aporta en detalle el funcionamiento de un club de la Primera D –recientemente ascendido a Primera C de la mano del periodista Luis Ventura-. “Los elegimos porque Sganga está metido en un club que es un lujo para la división por organización y ubicación”, explica Ruíz. El lujo de ubicación es porque el predio de Victoriano parece desentenderse del contexto: cercado por el Riachuelo, su frondosa arboleda logra mostrar un espacio verde muy cuidado que anula el olor podrido de uno de los ríos más contaminados del país. En su organización, aunque dispute en las divisiones más bajas del fútbol afiliado a AFA, es escuela de varios de los judocas argentinos que compiten a nivel mundial.

Bermúdez, el árbitro
Germán Bermúdez es el árbitro que sueña con estar en Primera División mientras enseña en la escuela de Asociación Argentina de Árbitros (AAA) y realiza por las noches sus shows musicales donde canta e intenta vender sus cinco discos de estudio a cien pesos cada uno. “Un árbitro que haga covers de Serrat es algo muy extraño”, agrega Ruíz. El resultado de este contraste está bien expresado en las propias palabras de Bermúdez cuando dice que dentro de la cancha, por más que haga todo bien, van a insultarlo, pero en sus shows van a aplaudirlo por más que haga todo mal.
Desde Chivilcoy, la historia de Omar Santorelli es la de un DT de Ascenso con larga y medianamente exitosa trayectoria que debe volver a su ciudad natal a cuidar de sus padres, iniciando campaña en el Club Gimnasia y Esgrima para disputar el Torneo Federal C. “De Omar nos llamó la atención su personalidad y la forma que tiene de encarar las cosas”, cuenta Ruíz atinadamente. El “loco Santorelli”, como él mismo se llama y como todos los que gusten del fútbol local lo conocen, cuenta las particularidades que tiene ser entrenador de equipos de ascenso, como la de contener y constantemente motivar a jugadores que ni cerca están de vivir del deporte y deben trabajar todo el día para llegar, con la poca energía que les queda, a los entrenamientos. Desde videos motivacionales, relatos de Coelho, carteles y arengas desquiciadas, Santorelli demuestra ser una persona respetada y apreciada. La mayoría de las personas que llenaron tres funciones seguidas en la ciudad fueron a verlo a él.

Santorelli, el DT.
Matías Cejas es un jugador de Claypole, club que terminó la última temporada en la última posición de la última categoría del fútbol de AFA. Con poco más de 30 años, Cejas está pensando en su retiro después de convertirse en el jugador que más veces vistió la camiseta del club, el más querido por todos, “el Mascherano de Claypole” como lo llaman los hinchas. “A Matías lo elegimos porque está en Claypole y es un club en el otro extremo de Victoriano Arenas, un club muy conflictivo que está tomado por los barras. Matías debutó y se va a retirar en ese club”, detalla Ruíz. El principal motivo para retirarse es su cansancio. No es para menos. Las otras tres historias pueden vivir, mal o bien, del deporte. Cejas no. Como el obrero raso en la división del trabajo de esta maquinaria, Cejas se despierta muy temprano de mañana para ir a entrenar, al mediodía inicia su turno como barrendero en la Municipalidad de Quilmes y por la noche atiende su pizzería Kapanga. El sacrificio muestra el amor que los jugadores del ascenso tienen por este deporte.
Así, Contepelota surfea por las diferentes realidades y aprovecha los diferentes paisajes que esas localidades aportan. El resultado artístico es inmenso. Desde las puestas hasta la música elegida para resignificar, por ejemplo, ese extraño mundo que representa El Baile en Chivilcoy. Como cuenta Ruíz: “La puesta está plagada de colores y sensaciones por todos lados. Ahí juega mucho que los clubes, salvo el de Chivilcoy, están plantados en el conurbano, que es un cordón donde todo se da de manera extraordinaria y sin filtro. Todo está elevado a la máxima potencia y así se ejercen las pasiones. Chivilcoy nos daba un contrapunto interesante con eso, desde una cancha rodeada por el riachuelo y otra cancha tomada por los barras y con un baño destrozado para las 3000 personas que van todos los fines de semana a verlo, a salir a la cancha de Gimnasia y Esgrima de Chivilcoy y escuchar a la gente comiendo las semillas de girasol, sin bombos ni cantos, el choque que se genera es alucinante.»

Cejas, el jugador.
Sin embargo, a pesar del carácter deportivo de cualquier interpretación previa, Contrapelota logra mostrar la verdadera realidad del fútbol de ascenso, con intenciones y resultados más sociales que deportivos. “Es una película de contenido social que tiene el fútbol como telón de fondo, son 4 historias de vida que se desarrollan unidas por el fútbol -explica Ruíz. Intentamos contar y acercarnos a los protagonistas, ver las lágrimas, el sudor, los gestos y sobretodo desmitificar. No buscábamos hacer el aguante, queríamos sacarle heroísmo y mostrar a las personas cómo son. No es una película de fútbol”.
“En el fondo intentamos contar historias de gente que no le interesa al mundo de los millones pero que hace que el fútbol de los millones siga vivo día a día”, remata Ruíz. Y aunque Contrapelota pone luz sobre las primeras categorías de ese fútbol de ascenso, su búsqueda permite conocer que detrás de todo eso están las categorías infantiles, donde realmente impacta lo social de este deporte y donde se puede ver la importancia del fútbol, aunque esté ahí, apenas iluminado.

Guillero Ruíz con Domingo Sganga
*Para saber más sobre Contrapelota.
Etiquetas: Chivilcoy, Cine, Contrapelota, Documental, Guillermo Ruíz