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Por Joaquín Rodríguez
Llego al útero cerca de las seis de la tarde. Es un día fresco, pero nada parece afectar el curso de las horas de Feto. Sus formas indefinidas y su estructura indolora lo hacen estar allí, tranquilo en la inmensidad del cuerpo materno, flotando en un océano de fluidos ajenos. En los últimos días ha quedado en el centro de la escena a causa del debate en torno a la legalización del aborto, que será tratado en el Congreso el próximo miércoles 13. En una charla íntima, Feto nos cuenta sus pareceres sobre la temática.
—Algunos te sindican como un niño por nacer y otros directamente prefieren no dar ese debate, ¿cómo te considerás
—Yo no soy ni esto ni el otro, yo soy un montón de masa cósmica que ni vive. Me da un toque de bronca cuando hablan de holocausto silencioso, porque si das vuelta esa lógica, Hitler era un abortero gigante, y creo que nadie que tenga dos neuronas en sinapsis podría sostener semejante burrada.
—¿Pudiste seguir el debate en el Congreso?
—No porque está a la hora de Rial.
—En cuanto a las posiciones en pugna, ¿te sentís identificado con algunas de ellas?
—Sí, en general me gustan más las que no están con la mujer esa que grita mientras blande un fideo codito a cámara. Esa está re de la nuca, yo no quisiera venir a un mundo con semejante pelotuda.
—Contame de vos, ¿qué hacés?
—La verdad es que ya ni sé. Yo, en realidad, no hago nada. Estoy acá bien piola, sin forma, todavía siendo una conjunción de células que no saben qué quieren para mí. Se me adjudican tantas cualidades que podrían darme la de elegir que mi vieja sea feliz haciendo lo que se le cante el forro del orto ¿no? Quizás sea la reencarnación del juez Fayt o de Ernestina Herrera y vengo al mundo a incendiarlo todo haciendo empanadas con pasas de uva.
—Es fuerte lo que decís.
—Y vos sos un boludo
—¿Te gustan que te digan “niño por nacer»?
—Si le van a decir a la harina “factura por hacer” o a la yerba “mate por hacer”, dale para adelante. No hay nada más lindo que una sociedad de quemados mentales.
—Sé que tenés que dar clase en Ingeniería en un ratito así que quiero ir redondeando, ¿sos feliz?
—La felicidad es una construcción que se da en la cotidianidad. Te diré que podría serlo, pero no, porque todavía no soy. Estoy acá, bien bacán, tranquilo, donde no suena Lisandro Aristimuño ni Lucio Mantel, te imaginás que eso está muy bien. Puedo ser masa multicelular tranca piola sin la necesidad de escuchar a Mariana Fabiani, ni a los Leuco. Mirá si salgo Leuco. Olvidate, vieja, es un riesgo que yo no tomaría.
Le agradezco a Feto la charla. Ríe y me envía saludos para todos. Dice que le gustaría probar el misoprostol dado que es «una droga muy popular entre las pibas» y «en las discotecas de moda». Sabe que su futuro es una incógnita pero eso lo motiva. «Born to be wild», dice mientras me sonríe; «bah, en realidad todavía no born», concluye.
Etiquetas: aborto, Feto, Joaquín Rodríguez