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07-06-2018 Notas

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Por Luciano Sáliche | Fotos: Rolando Andrade

Pecheras con la palabra prensa, buzos con nombres de sindicatos, banderas celestes, rojas, verdes. Al frío otoñal del mediodía se lo comía el sol, así, de un bocado, y alumbraba los colores de la movilización de los trabajadores de prensa en las vísperas de su día, que es hoy, siete de junio: Día del Periodista. Pero el término periodista acá, en este contexto, es un eufemismo, o mejor dicho, un estereotipo simplificador, porque las personas que marcharon ayer, que concentraron a las 13:30 en Avenida Belgrano y 9 de julio, que pasaron por Télam y concluyeron con un acto en las puertas de las cámaras patronales, son más que periodistas: son trabajadores de prensa.

(Foto: Rolando Andrade)

La situación del sector es alarmante. El Sipreba (Sindicato de Prensa de Buenos Aires) acaba de hacer público un informe sobre los despidos en el año 2017. Y si bien se calcula más de 500 puestos de trabajo perdidos —esto es: que los despedidos no fueron reemplazados—, muchos de ellos tuvo que ver con el cierre de medios. Por ejemplo, la histórica agencia DyN donde trabajan 96 personas, Revista 23 que contaba con 14 trabajadores, y la planta impresora de Clarín, AGR, que dejó en la calle a más de cien familias. La modalidad del desempleo se repartió entre despidos directos (46,1%) y retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas (53,9%).

“El número de desempleos relevados en 2017 se suma a los 1300 despidos sufridos en el sector en 2016 en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires”, dice el informe, y agrega un dato no menor: “Dentro de las empresas relevadas, casi el 80 por ciento de quienes perdieron su trabajo los hacían en sectores administrativos, técnicos y otros no periodísticos”. En los primeros dos años de la gestión Cambiemos al frente del país, y con un plan de ajuste que se recrudeció fuertemente en este tercero —empezó, tal vez, en diciembre de 2017 con la Reforma Previsional—, el gremio de prensa perdió 1800 puestos de trabajo sólo en la Ciudad de Buenos Aires. Ese número se engrosa a 3000 si contamos el país entero.

(Foto: Rolando Andrade)

En la caminata por las calles adoquinadas, marcharon juntos y a paso firme el CISPREN (Círculo Sindical de la Prensa y la Comunicación de Córdoba), FETRACCOM (Federación de Trabajadores de la Cultura y la Comunicación) y FATPREN (Federación Argentina de Trabajadores de Prensa) integrando juntos la Mesa Nacional de Trabajadores de Prensa, a la que se sumaron también distintos sindicatos provinciales. Acompañaron muchas organizaciones como el Sindicato de Aceiteros, el frente Popular Darío Santillán, el Sindicato de Pasteleros, el FOL y algunos dirigentes políticos como Nicolás Del Caño, Omar Plaini, Patriocio del Corro, Gabriel Solano, Eduardo López y Hugo Yasky. Sonaban los bombos, algunos redoblantes, muchísimas bombas y tres o cuatro trompetas que jamás detuvieron su festivo alarido melódico. Unas pecheras rojas decían “Trabajo con todos los derechos”, mientras que otras de color verde exclamaban “Conciencia de clase”. La prensa con colores combativos.

Continuado el recorrido, se llegó a Télam, sobre la la Avenida Belgrano. Los oficinistas de los edificios aledaños se asomaban a los ventanales para ver de qué se trataba el revuelo. Desde el lunes 28, los trabajadores de Telenoticiosa Americana —de ahí el acrónimo de su nombre— están de paro por dos despidos: se les atribuye un supuesto error en un cable, es decir, una nota. Sin embargo eso destapó la olla de un vaciamiento general —con laburantes suspendidos y censura editorial de una agencia que se supone plural— en manos del titular del Sistema Federal de Medios, Hernán Lombardi, quien anunció con descaro por televisión que el aumento de este año para los que trabajan en Télam será del 0%.

El final de la movilización fue en en Diagonal Sur y Chacabuco frente a las oficinas de las tres cámaras patronales: AEPBA (Asociación de Editores de Diarios de la Ciudad de Buenos Aires), ADEPA (Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas) y ADIRA (Asociación de Diarios del Interior de la República Argentina). Los dirigentes de los sindicatos presentes dieron sus breves discursos y se gritó con mucha fuerza el cántico obrero, el de la unidad de los trabajadores, el de la solidaridad de clase, el del empoderamiento social, y al que no le gusta: se jode, se jode.

(Foto: Rolando Andrade)

Hoy en día el sindicato que negocia las paritarias de los trabajadores de prensa es la UTPBA (Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires) con escasa representación en las bases y que sin demasiadas vueltas se lo puede catalogar como burocracia sindical. En ese sentido, siempre negociaron las paritarias a la baja. Este año, con una inflación estipulada del 25%, se estima que cerrarán —ya estamos en junio, eh— en un 16% en tres cuotas. Suena a poco y sabe a nada.

Lo que sí sabemos es que el ajuste es cada vez más amargo y que la calidad de vida se agrieta cuando las empresas embisten con precarizaciones y discriminaciones salariales. Se necesita de la unidad gremial, de la unidad sindical y de la unidad de todos los trabajadores de todas los gremios, bajo este hermoso sol de otoño o con las condiciones climáticas más adversas, para que la economía, cuando se venga abajo —¿más abajo?— no caiga sobre nuestras espaldas tan llenas de latigazos. Se necesita más fuerza. La vamos a conseguir.

 

 

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