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Por Federico Capobianco
Cualquiera de nosotros que mire a algún familiar mayor, sea el que sea, le será imposible imaginarse llegar de la misma manera a esa edad. Y, si le pregunta, a la otra persona también le será imposible pensarse como mayor habiendo atravesado el mundo actual.
La volatilidad de las formas de vida, con sus avances y retrocesos, puso a toda una generación a envejecer sin modelos a seguir, ya que su padre, madre o abuelos, posiblemente, hayan vivido menos años. Esa generación es la primera que envejece a la “deriva”. Y nosotros, que contamos con una o más generaciones como modelos, estamos tan abstraídos en las urgencias cotidianas que poco atendemos lo que vendrá.
Hoy, con el 16% de los argentinos con más de 60 años, es necesario prestar atención al tema de la longevidad. Por eso, y aprovechando su visita a Chivilcoy, hablamos con el Dr. Diego Bernardini, especializado en Gerontología por la Universidad de Salamanca. “Mi trabajo de todos los días es que el tema de la longevidad esté presente y se elimine la información falsa que lo rodea”.
¿A qué denominás “la nueva longevidad”?
Denomino nueva longevidad a la nueva forma en la cual las personas mayores están viviendo. Hoy por primera vez en la historia de la humanidad el envejecimiento, el envejecer, pasa a ser de alguna manera una experiencia colectiva; antes los que envejecían eran muy pocos.
Hoy no solo hay muchas personas mayores desde el punto de vista cuantitativo sino que hay algo muy interesante cualitativamente que es cómo están viviendo: están viviendo activas, están trabajando, haciendo trabajo voluntario o trabajo formal rentado, están viajando, están consumiendo, se están enamorando y se están separando. Están viviendo de manera muy diferente a como vivían las generaciones que precedieron. Esa nueva longevidad nos afecta desde todo punto de vista, es un nuevo paradigma, tiene que ver con una mirada más objetiva, más optimista y más amable de los años que tenemos por delante.
¿Estamos preparados para envejecer, sea la generación actual, las posteriores o como sociedad?
No estamos preparados para envejecer de ninguna manera. Hoy la sociedad sigue invisibilizando a las personas mayores, les sigue poniendo etiquetas, estereotipos, los sigue dejando de lado y nos estamos perdiendo muchas posibilidades. Y no hace falta ser mayor, esto suele ocurrir después de los 50; el mercado laboral es una gran muestra de eso.
En tu charla TEDx del año 2018 te preguntás sobre la injerencia que podrían tener las personas mayores en la vida política, en relación al número que representan, sí, por ejemplo, se organizaran. ¿Por qué no logran hacerlo?
Las personas mayores de manera indirecta y directamente están influenciando todo, en algunos países están más organizados, por ejemplo en Estados Unidos o algunos lugares de España, aquí todavía el sentido de la urgencia de nuestro país impide pensar en el mediano y largo plazo y eso también tiene que ver con la capacidad de organización que tienen las personas. Pero cada vez se están haciendo sentir más, sea desde el consumo o la demanda de servicios y por supuesto desde el voto.
¿No hay conflicto entre los desarrollos científicos y tecnológicos que permiten una mayor expectativa de vida y el sistema económico que va modificando las exigencias para estar dentro del sistema productivo formal?
No solo no hay conflicto con los desarrollos tecnológicos y de conocimiento sino que estos de a poco comienzan a orientarse también hacia las demandas que tienen las personas mayores que cada vez son más. Hoy los desarrollos tecnológicos de big data, de inteligencia artificial, tienen que ver con, por ejemplo, la capacidad y la posibilidad de mantener a las personas mayores el mayor tiempo posible en sus domicilios, también con la posibilidad de monitorear el estado de salud, con la capacidad de detectar caídas o de establecer relaciones sociales a pesar de que sean con aparatos en vez de personas reales. Hacia todo eso va el desarrollo tecnológico y va a ir cada vez aumentando porque hay una crisis de cuidado de quienes acompañan a las personas mayores.
¿Cómo disfrutar de la longevidad, en el caso de la clase trabajadora, luego de las exigencias del sistema productivo?
Con el sistema productivo formal es cierto, lo que pasa es que muchas veces el sistema productivo formal se acaba con la jubilación. La realidad es que las personas mayores en general prefieren mantenerse activas y cuando no lo logran a través del mercado formal lo hacen por otras vías: emprendedurismo, trabajo informal o lo que hoy son las economías colaborativas como alquilar alguna habitación a otra familia. Eso es lo que hoy estamos viendo: las personas mayores no quieren retirarse del mercado laboral. Primero porque los mantiene ocupados, les da contactos sociales y un ingreso económico; tres razones que son más que suficientes para quedarse el mayor tiempo posible trabajando, sobre todo en esta época donde los trabajos son más intelectuales o tecnológicos y no tanto físicos como lo eran hace 50 años atrás.
También en tu charla TEDx hablás de las personas mayores como redistribuidores de riqueza. ¿Cómo pensarlas como redistribuidores de riqueza en una situación económica como la nuestra donde sus pensiones, en su mayoría su único ingreso, siempre corren de atrás a los gastos básicos?
Cuando hablo de redistribuidores de riqueza me refiero a que muchas veces en los hogares multigeneracionales donde están los abuelos, los padres y los hijos, la jubilación del mayor puede que sea el único ingreso regular que todos los meses se cobre del 1 al 5 del mes. Cada vez hay más incertidumbre y más volatilidad en el mercado laboral y eso hace que la pensión signifique el único ingreso regular. Por otro lado las personas mayores suelen tener las necesidades básicas bastante satisfechas, muchas veces los hijos ya son independientes, ellos ya no tienen gastos, compraron sus casas, entonces se permiten el lujo de darle dinero a su hija para el supermercado, o al nieto para la escuela o la universidad, a eso me refiero. Además, las personas mayores cuando pueden suelen seguir trabajando, es la realidad. Pensemos que en el mercado laboral hay cerca de 5 generaciones de trabajadores, desde el chico de 18 hasta el de 80.
¿Cómo piensan la longevidad las nuevas generaciones?
Las nuevas generaciones no piensan en la longevidad porque está mal visto, porque pensarla es hacer un ejercicio de introspección. Y no solo la vida actual tan acelerada y tan ocupada no lo permite sino que tampoco nos tomamos el trabajo de hacerlo. Entonces siempre pensamos que los viejos son los otros o que nosotros no envejecemos hasta que un día se dan cuenta de golpe. Yo creo que hoy tenemos una nueva oportunidad que es pensar la nueva longevidad a partir de la segunda mitad de la vida, a partir de un momento muy simbólico que es el cumpleaños número 50, donde se cumple medio siglo y ya no se es joven ni una persona mayor, pero ha habido cambios: hay experiencia de vida, ciertos deseos, ciertos gustos y cierto sentido de la realidad, donde ya las fantasías empiezan a cobrar otro sentido. Entonces me parece que es una deuda que nosotros nos debemos como personas y como sociedad. Se debe conversar más sobre el tema, el cual es muy limitado y hay mucha creencia falsa al respecto.
¿En qué aspectos aciertan y fallan generaciones más jóvenes en su relación con las personas mayores?
Las personas más jóvenes suelen fallar en el sentido de que muchas veces no entienden todo lo bueno que pueden recibir de las personas mayores. Pero también esa capacidad de recibir y al mismo tiempo de dar, radica en tener un espacio, un momento de oportunidad, y si la sociedad no piensa la longevidad como debería pensarla no va a ofrecer esas oportunidades. Sin embargo muchas veces cuando uno les pregunta a sus alumnos, aquellos que tienen abuelos y conviven con sus abuelos, tienen unas experiencias muy satisfactorias que tienen que ver con la felicidad.
Simplemente pasa por ahí, por tener la oportunidad de darles espacio, visibilidad, escucharlos, y hacerles valer sus propias decisiones y no las que a nosotros nos parecen más correctas.
¿En qué deberían centrarse las políticas públicas para atender las necesidades de las personas mayores?
La política pública debería básicamente entender que el curso de vida es una continuidad con distintos momentos, debería focalizarse considerando que el aumento de las personas mayores es una de las tendencias más importantes que hay en todo el mundo. Y por sobre todas las cosas tienen que entender que si hay entornos amigables, conductas orientas con foco en las personas mayores, se puede hacer valer todo el capital humano con el que vienen estas generaciones.
Vamos a ganar todos y el político además va a gastar menos dinero porque una persona mayor que es independiente, que es autónoma, que está saludable, que está inserta en la comodidad, es una persona que vive más y más sana, entonces va a gastar menos dinero en el sistema sanitario. Pero eso es difícil hacérselo ver a los políticos que suelen manejar tiempos electorales que son mucho más cortos que estos que menciono.
Etiquetas: Diego Bernardini, Nueva longevidad