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Por José Luis Juresa y Cristian Rodríguez
Realidad
Esta sencilla afirmación serviría como punto de partida para sentar las bases de lo que todavía es incomprobable a nivel del macrocosmos, pero que la práctica clínica del psicoanálisis podría demostrar con ciertos fenómenos del microcosmos, o de lo que llamaríamos manifestaciones del macrocosmos en la realidad “newtoniana”, esa, precisamente, en la que habita nuestro sentido común. Esto quiere decir: del dominio de “lo aparente” o del “semblante”, ya que, por ejemplo, a grandes distancias y velocidades, o ante fuertes centros gravitatorios, la realidad “muestra” características inusitadas: «…los defensores de la idea del multiverso, además de ampliar nuestra concepción de la realidad, están redefiniendo de forma implícita de lo que entendemos por ciencia…» (Revista “Investigación y Ciencia”, 2019: “¿Existe el Multiverso?” por George F.R. Ellis).
Este sería un punto de partida para colocar al psicoanálisis como parte de esa redefinición de la ciencia y como una ciencia perfectamente delimitada: la del psicoanálisis como ciencia de la realidad.
Inconsciente, microcosmos
El argumento ha rondado siempre en relación con la falta de consistencia definitiva de las teorías de los multiversos, y que ayudan a definir a esta teoría como una metafísica o una filosofía de base científica, pero sin constituir ciencia. Eso se basa en la falta de pruebas experimentales, pero siempre proyectado al nivel del campo de la cosmología, la del macrocosmos.
¿Podremos, desde el método psicoanalítico, en la concepción de un campo de fenómenos referido a lo inconsciente, esa otra escena del microcosmos, contra argumentar desde el punto de vista del microcosmos y de los fenómenos que de ellos derivan en la cotidianeidad de un individuo hecho de la misma materia que las estrellas? Ahí está la cuestión.
Es decir, si el psicoanálisis como método científico puede postular y constatar, a nivel de los fenómenos microcósmicos, una posible solución en la validación de las teorías contemporáneas a nivel del macrocosmos, el nivel en los que la física cuántica ha establecido su relación de incumbencia con la cosmología.
Método hipotético deductivo e inducción experimental
Ya en las primeras postulaciones que propusimos en el entrecruzamiento entre ciencia física y psicoanálisis estaba muy presente esta cuestión: redefinir la dimensión y el alcance de lo que entendemos por ciencia, cuestión que hemos de poner a discutir, más allá del plano del ensayo, en el interior de lo que entendemos por etimología científica y de lo que son los paradigmas científicos, y que Freud fundo para el psicoanálisis con el descubrimiento de lo inconsciente.
Dos conceptos fundamentales del psicoanálisis, inconsciente y pulsión, podrían hacerse equivaler a partículas tal como lo hace la teoría cuántica. Es decir, proponen un campo de probabilidad que se define con la intervención del observador, quien deja de ser neutral y pasa a ser parte, no del “experimento” sino de la experiencia.
Diferentes modos de nombrarla: ciencia de la realidad, ciencia de la naturaleza. Independientemente del nombre que le demos, es en relación con qué objeto definimos que esto es una ciencia, y en relación con que método. Ya que el psicoanálisis, en su relación dialéctica y también clínica entre teoría y praxis, propone el método hipotético deductivo para sus desarrollos teóricos y la inducción experimental para el abordaje específico de sus intervenciones sobre la transferencia y sobre los emergentes psicopatológicos de lo inconsciente.
Estas propuestas resultan ordenadoras, respecto de proponer la práctica psicoanalítica y el método psicoanalítico, devenido de esta división entre su nivel teórico y práctico, como contrargumento de una nueva potencia de lo que entendemos por ciencia, y en definitiva por ciencia experimental, para sentar las bases de esta serie de ciencias de la realidad entre las que se encuentra. Plasmar de manera ordenada los fundamentos por los cuales el psicoanálisis se establece como una ciencia son premisa hoy día.
La mirada que proviene desde las ciencias más clásicas, nos brinda la relación de fuerzas y de oposición a partir de la cual ordenar lo que tenemos para decir como original de nuestra ciencia, ya que dialoga con las formas y los argumentos de los científicos clásicos, y haría que el abordaje de la ciencia psicoanalítica se vuelva accesible al método científico en el alcance de su divulgación futura.
Toda nuestra práctica es una práctica experimental sobre la transformación de la materia y sobre el atravesamiento multidimensional. El aparato conceptual del psicoanálisis confirmaría esta hipótesis: solamente nuestra práctica, en el estado actual de la ciencia, podría constatar experimentalmente la existencia de esta posibilidad.
Nuestra práctica nos ofrece un campo de experiencias que, a nivel del microcosmos de la materia, nos da una oportunidad para asomarnos a una lógica posible de funcionamiento que dé cuenta de las transformaciones de la materia incluso más allá de las dimensiones a las que tenemos acceso mediante el “sentido común”, con el que la apariencia de inmutabilidad, constancia, secuencialidad y temporalidad. apenas si resultan un consuelo en el campo del conocimiento científico. Trabajamos sobre el “sistema nervioso” que, lejos de ser algo conocido, todavía resulta un misterio en su lógica profunda de funcionamiento, sobre todo el cerebro. A ese nivel, a esas velocidades de traslado y transferencia de partículas, de cuantos y pulsos de información, se producen fenómenos que si bien podrían resultar inaccesibles a los ojos de la ciencia del macrocosmos, el psicoanálisis los trata desde hace ciento veinte años, como por ejemplo los sueños, los actos fallidos, y otros derivados como el dejá vu, la telepatía, los fenómenos anticipatorios, entre otros.
Transferencia, campo gravitatorio
La clínica psicoanalítica constata la existencia de las partículas subatómicas en el microcosmos particular de la cual está hecha la psiquis, que es el mismo que el de las estrellas, y la invención psicoanalítica es el descubrimiento y el paso forzado de las ciencias positivas a las ciencias conjeturales, y de estas a la ciencias de la realidad en un retorno a una redefinición de lo que entendemos por ciencias de la naturaleza, y que va a la par de los descubrimientos de la física contemporánea.
El psicoanálisis, en el estado de la ciencia actual, es la única práctica que posee las herramientas “tecnológicas” despejadas, nuestro propio “acelerador de partículas”, tomando como punto de partida el que propone y del que dispone el lenguaje, el lenguaje como dispositivo tecnológico eficaz.
Nuestro “acelerador de partículas” es el que disponemos en ese complejo campo de fenómenos alrededor del concepto “transferencia” -el equivalente a un determinado campo gravitatorio-, que nos permitirían constatar estos descubrimientos empíricamente. Nuestra práctica psicoanalítica es una empiria permanente que se somete a su constatación.
Si estamos locos, lo estamos por el hecho de ofrecer como prueba experimental nuestra propia práctica. Este procedimiento es pionero en el abordaje de los fenómenos alrededor de la psiquis, considerada como una estructura donde se producen una serie de emergentes a nivel de las partículas subatómicas y de los fenómenos transdimensionales. ¿De qué modo se expresan estas partículas y estos fenómenos? Fenómenos psíquicos estructurados en torno a una lógica que bien podría parecerse o ser abordada desde el tipo de “predictibilidad” cuántica u otro tipo de nuevas teorías, como la de cuerdas, la cual es imposible, por ahora, probar empíricamente desde el macrocosmos, pero que posiblemente nos ofrezca alguna oportunidad futura, nuestra materia de estudio teórico y trabajo clínico llamado psicoanálisis.
Este procedimiento podrá ser rechazado hasta tanto se homologue a las disposiciones de constatación empíricas de las ciencias convencionales, pero nunca podrá ser olvidado y menos desechado en el avance de la ciencia.
Etiquetas: Cristian Rodríguez, EPC -Espacio Psicoanalítico contemporáneo-, Freud, José Luis Juresa, L’IGH – Le Institute Gérard Haddad de Psicoanálisis, París-, Psicoanálisis