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Por Nando Varela Pagliaro
“Me ganó Moretti de mano: le di mi vida a las canciones, y no me arrepiento. La música es difícil, Argentina es difícil, mantener un grupo en armonía 20 años es difícil, pero cuando escucho las canciones que hicimos en todos estos años, sé que di todo por ellas”. El que habla es Rodrigo Manigot, un tipo intenso, profundo y talentoso y el grupo al que se refiere es Ella es tan cargosa, a esta altura uno de los referentes indiscutidos del género rock canción junto con Tipitos y Estelares.
Esta vez la excusa para hablar no fue su grupo, sino el lanzamiento de su primer disco solista. Se llama Las cosas que inventás y ya tiene fecha de presentación: el jueves 4 de julio en Sirhan (Gorriti 5568, Palermo).
Difícil hablar de buenos y malos momentos en una banda, porque la realidad solo la saben los propios integrantes de un grupo, pero al menos desde afuera se los ve mejor que nunca. Entre otras cosas, La sangre buena estuvo nominado a los últimos Grammy latinos y después de un tiempo alejado de la banda, volvió tu hermano Mariano. ¿Por qué elegiste este momento para hacer un disco solista?
Sí, es cierto, estamos en un lindo momento grupal. Elegí este momento por varias cuestiones. Esa es una: ya había hablado con Mariano Otero para hacer el disco, pero en pleno conflicto grupal. Mariano me dijo algo muy lindo: me dijo que íbamos a grabar cuando yo estuviera en armonía con mis compañeros, sin enojos. Y así fue.
También sabía que el próximo disco de la banda iba a ser una especie de compilado tocado en vivo. Eso implicaba que no iba a haber disco de nuevas canciones por varios años. Me pareció el momento justo y me mandé.
¿Cómo tomaron la decisión tus compañeros?
Mis compañeros siempre me respaldaron. No generó ningún conflicto, y no veo por qué tendría que existir. El plan es coordinar lo que vamos a hacer con mi disco y los pasos que demos con la banda.
¿Cómo fue el proceso de composición y grabación? ¿De qué época son las canciones? ¿Alguna estuvo a punto de ser grabada en algunos de los discos de Ella es tan cargosa?
Es un rejunte de canciones. Algunas son de los ¨90. Otras, ya de este siglo. Y también hay canciones que fueron surgiendo en plena grabación. Tenía un montón, pero fuimos seleccionando, en la pre producción que hice con mi amigo Gustavo Albornoz, las que más me gustaban. Y sí: muchas de ellas estuvieron en la previa de varios discos cargosos, y quedaron afuera. Pero me siguen gustando mucho, y las grabé.
Para el que viene escuchando la banda, ¿creés que se va a encontrar con algo muy distinto en Las cosas que inventás?
Creo que va a encontrar muchos puntos en común con las canciones de la banda, pero también fuertes diferencias. Es un disco más introspectivo, más íntimo y lejos del sonido clásico guitarrero de la banda. Pero son melodías y letras mías, y eso termina emparentando las cosas.
¿Cómo fue trabajar con Mariano Otero como productor?
Fue una experiencia hermosa. Laburamos en los huecos de su vida profesional (Mariano era el bajista de Páez; pasó después a Vicentico; produce discos todo el tiempo, hace música para películas, sacó su disco hermoso, Danza, de jazz). Y yo tuve por momentos la agenda a pleno con la Cargosa. Pero esas vicisitudes le dieron al disco algo muy valioso: tiempo. Decíamos que lo estábamos haciendo a fuego lento. Mariano lo laburó como si fuese un disco suyo. A lo Mariano: puso el corazón ahí y el talento. No hubo un solo segundo de tensión. Lo disfrutamos a pleno. Cada persona que fue pasando quedó con esa sensación de disfrute y de conexión musical y humana.
Una pregunta obligada, ¿qué sentiste al escuchar a Fito cantar un tema tuyo?
Grabó Neblina y elegí no ponerme los auriculares y oírlo a capella. Cerré los ojos y pensé en mis hermanos, en la casa de mis viejos, en la pianola de mi hermana Coty cuando me sentaba de mañana, tomaba mates dulces, miraba el jardín y quería hacer temas como los de los Beatles o los de Fito. Un momento deluxe.
Ya se viene la presentación del disco, ¿cómo va a ser el show?
Vamos a tocarlo de pe a pá, y calculo que será la frutilla del postre después de un trabajo de un año y medio.
¿Qué te gustaría que pasara con Las cosas que inventás? ¿Creés que pueden convivir ambos proyectos?
Muchas de las cosas que quería que pasaran ya pasaron: grabar con otros músicos, con otro productor, que cante Páez, revivir canciones que me parecían muy bonitas y tenía tiradas en un baúl. Después, me gustaría que circule por su sola fuerza. Todos los que participamos de este disco sabemos que hicimos algo muy bonito. Veremos qué sucede. Y claro que creo en que ambos proyectos pueden convivir. Para eso es fundamental mantener la calma, hablar las cosas de frente, mantenerse en eje. No tengo pensado armarme una banda B y salir a probar suerte. Primero, que los músicos que participaron juegan la Champions League: Mariano toca con Vicentico, Verdinelli es uno de los mejores bateristas del país y vive tocando, Germán es el director de la banda de Calamaro. Pero, segundo, Ella es tan Cargosa toca muy seguido y para mucha gente en todo el país. Es un proyecto de veinte años de trabajo. El año que viene planeamos un disco en vivo que creemos será importante en nuestra carrera. Veo más factible que la banda incorpore Neblina y alguna otra canción de mi disco solista que sean cortes de difusión, que salir a armar otro proyecto.
Más allá de los prejuicios, tanto para un solista como para una banda de rock, el contexto no estaría siendo muy próspero que digamos. Si antes era el tiempo del reggaetón, ahora le tocó su turno al trap. En Recuerdos que mienten un poco, Marcelo Figueras le dice al Indio Solari que antes el rock era lo más parecido a internet que existía. Una conexión que, a partir de un hilo musical, te permitía llegar a todas partes: otras músicas, la filosofía, la literatura, el cine, etc. ¿Hoy qué lugar creés que ocupa el rock?
Tampoco tengo mucha idea, pero ojo: La Renga o el Indio convocan a más gente que nadie. Fui al Lollapalooza y el show más masivo y central fueron los Arctic Monkeys. Y Páez la rompió para un público de millennials y centennials. Claro que hay géneros más actuales y muy masivos, y que eso es lo que se oye. Pero las canciones hermosas permanecen. Fui a la ceremonia de los Grammys y estaban Karol G, Rosalía, Ozuna, Maluma, todos los tanques. Pero el gran ganador de la noche fue Jorge Drexler. Y, por otro lado, una banda con dos guitarras, un bajo y una batería, buenas canciones, bien arreglada, cruda, y con un buen cantante al frente sigue llamando la atención de muchos. Y no es tan simple de hacer.
Es muy común preguntarle a un escritor por qué escribe. De hecho, la mayoría de los escritores ya tienen una repuesta armada ante esa pregunta. Fogwill tenía una respuesta buenísima, decía que “escribía para no ser escrito”. A los músicos o letristas de rock, en cambio creo que esta no es una pregunta que se les haga tanto. En tu caso, ¿por qué escribís canciones?
Porque me divierte, me hace feliz, porque es lo que hago desde hace casi treinta años, y porque siento que las canciones son nuestro sudario: es lo que va a quedar de uno. Pero también escribo y espero pronto sacar mi libro de cuentos.
Fito dice que las letras son importantes, pero en la música siempre hay algo más, ¿estás de acuerdo?
Sí. Van de la mano. Un buen texto sobre una hermosa melodía es un objeto indestructible. El hizo muchos ejemplos de eso, y es lo que varios seguimos buscando.
En Cuando éramos el mundo, una de las canciones del disco, decís que “tal vez hacer canciones tenga un touch gitano”. Carson McCullers alguna vez dijo, “todo lo que escribo me pasó o me va a pasar”. ¿Te pasa algo similar con tus canciones?
Uff. En Polos, el cuarto disco de la banda, estaba escrito todo el vendaval grupal que se desataría después. Y también pasó con temas anteriores. Ignoro si uno se anticipa al futuro, porque lo percibe inconscientemente, o si es uno el que sigue la letra de sus canciones como un mapa y te metés adentro de ellas como si fueran un guión a respetar. Pero sí creo en el carácter oracular de la escritura. Obvio que creo.
Hablando de escribir, ¿cómo venís con tu libro de narrativa?
Vengo trabado, porque por un lado está mi carrera musical; y, por otro lado, porque escribí un libro muy crudo sobre mi historia familiar y temo por mis seres queridos, jeje. Pero creo que, una vez que salga el disco, me voy a poner a terminarlo de una vez.
En algún momento de tu vida, ¿pensaste dedicarte solo a escribir?
Sí. En 1998. hace más de 20 años. se había separado mi banda anterior y no hacía otra cosa que leer y escribir. Pero mis textos no eran buenos, arranqué tarde. Martín Méndez, violero de los Caballeros de la Quema, me cruzó un día por la calle -estaban en su apogeo- y me oyó decir que abandonaba la música, y me invitó a su casa a demear unas canciones. Él tenía más fe en mí que yo mismo. Grabé una canción y eso me decidió a seguir tocando. Ahí armamos Ella es Tan Cargosa. Gracias, Martín.
A Iván Noble, uno de tus grandes amigos, más de una vez lo escuché decir que en un futuro no muy lejano se ve mucho más cerca de los libros que de los escenarios. Tu camino, ¿también va por ahí?
No. No creo. Me veo cantando hasta el fin de mis días. Amo escribir, pero disfruto mucho de cantar en vivo, de viajar y esas cosas. Y de grabar discos, ni hablar. Ahora escucho el disco que hicimos y me siento muy feliz. Le digo a Noble que es un discazo y Noble me gasta y me llama «Jorge Autoestima».
Para terminar, te hago tres preguntas sencillas. Imaginemos que te encontrás a Paul McCartney comiendo en La Tarzán y te pide que le muestres una sola canción de todas las que hiciste en tu vida, ¿qué canción elegirías?
Creo que le mostraría Las Flores, de Polos o 12/8, de este disco. Creo que le gustarían, porque son armonías y melodías recontra macartnianas.
Ahora imaginemos que baja un marciano y por alguna razón misteriosa te obliga a deshacerte de todos tus libros y tus discos, pero como es bondadoso te dice que podés salvar solo un libro y un disco de todos los que tenés en tu casa, ¿Qué libro y qué disco elegirías?
No. No va a bajar ningún marciano, nunca, y hay cientos de libros y de discos que se me grabaron a fuego. ¡Marciano sería tener que elegir uno solo!
Para terminar, ¿Cuándo sentís que tuviste un día productivo? ¿medís el día en esos términos?
Yo siempre me exijo, aunque internamente me siento haragán. Pero siempre, todo el tiempo, estoy haciendo algo en términos artísticos. Si no compongo, leo; si no leo, grabo; si no leo ni grabo, escribo. O actúo en vivo. Vivo así, de un lado a otro. Escuchando música, escribiendo, leyendo, haciendo melodías, cantando. En eso he sido muy constante, bastante más de lo que pienso.
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