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Por Federico Capobianco
El concepto empezó a resonar en redes hace algún tiempo; la mayoría se lo encontró por primera vez. Luego de que la cantante y actriz Angela Torres haya publicado fotos donde se la ve con trenzas cocidas afro los comentarios la acusaban de apropiación cultura. Algunos con argumentos, otros de puros haters; las redes sociales mismas. Ofelia Fernández también estuvo en el centro de la discusión por el mismo tema, pero pidió disculpas y de a poco el tema se fue diluyendo. Hasta que Lali Espósito subió fotos con un peinado que se asemeja al afro y unos tonos más oscuros de piel –lo que se conoce como blackfishing- y también generó la discusión acerca de la apropiación cultural, pero Lali no se bancó el debate y salió al agite, por lo que el tema tuvo un revuelo mayor. Esto puede sonar banal, como bastante de lo que sucede dentro del mundo de los espectáculos y alrededor de estas celebridades, pero en uno de los comentarios, la actriz Carla Peterson escribió: “Black Phanter” y aportó la cuota de ignorancia en un tema que no termina de entenderse, que se presenta en un campo artificial pero que acarrea un trasfondo más que complejo.
Polvo se comunicó por redes sociales con Jennifer Parker, afroargentina y activista feminista y antirracismo (la pueden escuchar todos los lunes desde las 23hs en el programa Derrape en radio Oktubre junto a la rapera afroargentina Luanda Silva) para al menos intentar interpretar algo del asunto. De forma sencilla nos da la primera aproximación: “La apropiación cultural se da cuando personas que forman parte del grupo hegemónico mayoritario, toman elementos de una cultura minoritaria. Elementos por los cuales esa cultura minoritaria ha sido perseguida, violentada y deshumanizada a lo largo de la historia». Quizás a quienes iniciamos a leer sobre el tema nos cueste vincular el concepto con la comunidad negra de la cual no sabemos demasiado; pero “cultura minoritaria” abarca otras etnias que están más arraigados a la construcción de nuestra identidad nacional como pueden ser los pueblos originarios.
Argentina es un país con un devenir histórico muy pesado en cuanto a segregación de los distintos grupos étnicos que la habitaron. Puede resultar difícil poner el tema en discusión e intentar zanjar con un debate en una sociedad que viene amoldada a preceptos muy distintos. Al respecto Jennifer Parker nos dice: “Argentina es un país que hasta 1994 promovía en su Constitución Nacional la inmigración europea para la prosperidad del país, ya que todo lo que no fuese blanco europeo descendiente era ‘salvaje’ o ‘inculto’. Incluso al día de hoy festejamos y conmemoramos a próceres racistas y genocidas como Sarmiento”. Con respecto al debate: “es muy difícil hablar de racismo a una Argentina blanca, no dan espacio al debate porque ‘no hay negros en argentina’ o ‘a esos los mataron a todos’, cuando es una gran mentira. Crecimos en un país que niega su historia, que le dice conquista del desierto al exterminio de pueblos originarios y afrodescendientes”, y agrega, contundente, algo que puede servir para cualquier debate que ponga en la mesa nuestro conservadurismo: “creo que es cuestión de querer cambiar, de querer ser mejor, de incomodarse para que las cosas salgan bien y no ser una mierda de persona.”
La incomodidad es un buen ejemplo para demostrar que cuesta asimilar cualquier debate que ponga en discusión los límites de nuestro progresismo; y esa incomodidad puede manifestarse de mil formas en redes sociales. Si algo volvió masivo el debate fueron las reacciones en contra de los seguidores de las celebridades criticadas: desde las ya mencionadas por sus peinados, hasta traperos argentinos por usar el término “nigga” en varias de sus canciones. Algo que además de incomodidad y conservadurismo involucra el fanatismo y su poca capacidad de razonamiento. Sobre esto, Jennifer cuenta: “la gente odia ver que a sus ídolos les marcan algo que está mal. Somos humanos, todes nos equivocamos. Estaría bueno es que en vez de enojarse, se replanteen, pidan disculpas e informen su error así no vuelve a pasar. ¿Por qué cancelamos a abusadores y no a racistas que todavía no se disculpan? Cuando algo no nos afecta y no nos toca, es fácil hacernos los que no entendemos o no sabemos.” Sobre la violencia con la que ciertos seguidores de las celebridades suele responder, comenta: “a veces me parece que es la fragilidad blanca y el sentirse zarpado lo que les lleva a ser tan violentes pero es algo con lo que he lidiado toda mi vida y lo viví en persona, por lo que las redes pasan a ser un meh.”
Si es un tema que pone en debate la supremacía blanca y que puede resultar indiferente para quien no se ve afectado, ¿cómo reacciona el feminismo ante los reclamos de la comunidad afro o el de cualquier minoría? “Cuesta muchísimo que quieran entender que lo único que le afecta a una persona no es la clase y el género, pero de a poco va.”
Ahora, ¿cómo toma relevancia un tema que en su mayor parte es discutido en redes sociales o algún que otro programa radial suelto o medio digital? ¿Qué papel deberían jugar los medios masivos de comunicación? “Creo que deberían ser los primeros en ser antirracistas y capacitarse en estas problemáticas. No podemos seguir dejando que el racismo salga tan explícito de la tele porque contribuye a la invisibilización de personas negras argentinas. Incluso, debería haber un cupo laboral para afro e indígenas.” Y en este caso, ¿el Estado? “el Estado nos mira desde lejos y nos ignora. No es que falten ‘aportes’, es que está por completo ausente.”
Etiquetas: activismo, afroargentina, Jennifer Parker, racismo