Blog
Por Ramiro Guardia
En la clásica película Qué bello es vivir (1946) de Frank Capra, George Bailey le dice a Mary Hatch: “te regalaré la luna, Mary”. En esa estética romántica de tratar de alcanzar su belleza, la fantasía pudo transformarse en realidad. ¿Cómo ir a buscar la luna si estamos demasiado lejos para traerla? Quizás entre tantos deseos ingenuos surge la premisa de ir hacia allá. El año pasado se cumplieron 50 años desde que los astronautas Neil Armstrong, Edwin «Buzz» Aldrin y Michael Collins en la misión Apolo 11 de la NASA accedieron. Entre ellos no hubo ninguna mujer.
“Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad” dijo Neil. ¿Qué pasó desde aquel año hasta la actualidad? ¿Qué cosas desconocemos que no fueron reveladas? Durante la década del 70 en Estados Unidos la inseminación artificial permitió gestar la maternidad subrogada. Una nueva forma de crear una familia. Es la práctica por la que una mujer queda embarazada, lleva la gestación a término y da a luz a un bebé mediante un contrato económico para otra persona o pareja, las cuales se convierten en progenitores del bebé.
Según un informe señalado por la ONG Oxfam, la fortuna del 1% de los más ricos corresponde a más del doble de la riqueza acumulada por 6.900 millones de personas, es decir, el 92% de la población. Las mujeres son las grandes perdedoras de la distribución de la riqueza mundial. Solamente, los 22 hombres más ricos del planeta tienen una riqueza superior a la que poseen todas las mujeres de África. Sin dudas, el lugar que ocupa la mujer en la sociedad está en constante dinámica de transformación. Por lo pronto, Artemisa será el nombre de la misión en la que viajará por primera vez una mujer a la luna en 2024.
¿Qué relación tienen los viajes espaciales con la distribución de las riquezas y el alquiler de vientres subrogados? La tecnología que los ricos y poderosos del mundo poseen, esa mínima parte de la población mundial, es bajada a la gran masa poblacional generando desigualdad en el uso de los recursos. Es un componente que brinda poder a los individuos que tienen el beneficio de su utilización. “En el mundo de los hombres ricos todas las cosas que podría hacer” canta la banda sueca de música pop Abba en su canción “Money, money, money” (1976). En ese concepto tan simple la riqueza está ligada a un mundo de infinitas posibilidades.
Volviendo a la tierra y sin perder de vista a la luna, hay tres casos particulares que despertaron curiosidad, interés y asombro en la opinión pública y los medios de comunicación. El privilegio de su posición económica les permitió formar una familia a través del alquiler de vientre subrogado. ¿De quienes estamos hablando? Marley, Luli y Flavio.
Estos tres personajes emblemáticos tienen en común algo. Además de estar vinculados al ambiente del espectáculo —Alejandro Wiebe por su afamada carrera como conductor televisivo, Luciana Salazar Moreso como modelo y vedette, y por último Flavio Ariel Mendoza, aclamado coreógrafo y director artístico—, por medio de su posición material pudieron formar una familia a través del alquiler de un vientre.
En el caso de Marley tuvo a Mirko. Nació el 27 de octubre de 2017 en una clínica de Chicago. “Encontré una chica que daba con lo que estaba buscando, es una chica de Siberia, Rusia, que vive en los Estados Unidos” comentó el conductor televisivo en relación de la elección del donante. Como un consumidor en un supermercado que elige una fruta según la calidad de la misma, o quien selecciona un pantalón en una tienda de ropa para vestir.
Mirko tiene más de 4 millones de seguidores en la red social Instagram y es la cara de Pampers en Argentina. A su corta edad, es un producto mediático que recauda tanto dinero que ya tiene una cuenta abierta para cuando cumpla 18 años como lo expresa su padre. Este bellísimo niño recorre países con él y cuenta con la asistencia de un staff que velan por su cuidado. No tenemos la cifra de cuánto habrá sido la inversión para tenerlo; aunque por lo pronto, seguramente recuperará todo aquel gasto y recaudará más.
Otro de los casos es la hija de Luli: Matilda. Nació el 15 de diciembre de 2017 en Miami. Según publicó la revista Caras, Salazar pagó por el alquiler del vientre un total de 120 mil dólares. Al ser consultada sobre cómo eligió al donante, dijo que “es un estudiante de 26 años, que juega al fútbol americano”. Matilda, de ojos celestiales, tiene más de 250 mil seguidores en Instagram. Claramente, la elección del donante no fue algo sin premeditar y como consecuencia obtuvieron de resultado a esta hermosa niña.
Por último, Flavio en una clínica en la ciudad de Miami en el mes de abril de 2018 recibió a Dionisio. Cuando hizo su selección a través de un catálogo comentó en los medios que “tenía que buscar un óvulo y lo primero que hice fue elegir a las mujeres que eran parecidas a mis hermanas. Quiero tener un hijo, no una Barbie o un Ken perfecto”. Hoy Dionisio tiene más de 145 mil seguidores en la red social.
Retomando, con los pies en la tierra seguimos mirando la luna. Cada mes lunar corresponde a casi 30 días solares. Es utilizado para calcular ciertas regularidades en la naturaleza, como el ciclo sexual de las mujeres o las mareas. En la naturaleza está todo conectado y cuando modificamos lo que la rodea, prácticamente estamos modificando a nosotros mismos. ¿Estas prácticas una vez que sean masificadas modificarán a la sociedad como hoy la entendemos?
Estos hijos del futuro rompen con la idea de familia tradicional establecida por la Iglesia. Otra institución que disciplina el cuerpo para adaptarlo al ritmo de producción en un sistema capitalista. Aparecen dando una nueva forma conceptual. No hay necesidad de la unión de dos personas para generar el vínculo. A su vez, son evaluados mediante exámenes físicos para prevenir niños o niñas enfermas. Son los nuevos cuerpos. No es muy lejano asociarlo a la eugenesia que hace referencia al “buen nacimiento”. Esa disciplina que busca aplicar las leyes biológicas de la herencia para perfeccionar la especie humana. ¿Es casualidad que todos tengan características físicas similares?
Este presente nos pone en jaque para evaluar qué tan lejanas son las distopías imaginadas en las diferentes producciones de la industria cultural. La novela El cuento de la criada (1985) de Margaret Atwood, que tuvo su adaptación a la plataforma streaming en 2017, plantea una sociedad apocalíptica en la que las mujeres son violadas para gestar hijos de terceros con el fin de reproducir la especie humana pura y sin pecados. ¿A dónde nos lleva el capitalismo y la mercantilización de la existencia?
La idea del orden con sus estructuras establecidas siempre pone en manifiesto un régimen. Un modo de hacer las cosas en la que está siendo modificada en un continuo infinito. El cómo y el para qué impulsan a los individuos a perseguir un fin. Instalado nada más y nada menos por aquellos que gobiernan e instruyen el cuándo. La tecnología superadora y sin límites permite imaginar generaciones humanas muy diferentes a la actual. La mujer que ocupó el rol de reproductora exclusivamente ahora también compite como productora dentro del mercado de bienes y servicios. ¿Hará falta de la mujer para poder generar una nueva especie humana? O mejor dicho, ¿se requerirá de un cuerpo para poder gestar?
La realidad es un cachetazo que recibimos todas las mañanas al sonar la alarma donde las preguntas se frenan y el accionar manda. Caminamos en la misma dirección repitiendo patrones y comportamientos con el objetivo de envejecer tratando de lograr un bienestar; o la satisfacción de haber cumplido con los mandatos familiares, religiosos, laborales y culturales. Mientras tanto ese porcentaje mínimo de la población desde su cima juega a ser dios, experimenta con enfermedades, vacunas, catástrofes naturales, a la guerra y planea la posibilidad de una nueva forma de vida, en la tierra, en la luna o en otro planeta.
Etiquetas: Dionisio, Flavio Mendoza, Luli Salazar, Marley, Matilda, Mirko, Ramiro Guardia, Subrogación, Vientres subrogados