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22-07-2021 Notas

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Por Luciano Lutereau | Portada: George Bellows

1.

Es notable cómo hay quienes disfrazan de revisión del psicoanálisis sus resentimientos hacia otros psicoanalistas. Pero esto existió siempre, en todas las disciplinas.

Lo notable es que crean que no se nota el encono personal. Hacen recordar las palabras de Paul Valéry: «Parasitismo crítico. Es propio de los seres que solo pueden existir y subsistir por la negación de otros seres. Perecerían sin aquellos de los cuales viven de criticar. Se los conoce por la nulidad de sus trabajos positivos».

2.

Pensaba en cómo, cuando se plantea una coordenada conflictiva, hoy suele haber cuatro respuestas habituales:

A. La paranoide, que dice que eso no existe, que el psicoanálisis no es una ciencia y que más vale que no volvamos a citar a Freud; B. La histérica, que dice que eso no le pasa a todo el mundo, que es una generalización y, si pasa, es cultural; C. La obsesiva, que arremete agresiva e imaginariamente contra la persona que nombró el conflicto, al que es preciso denigrar, insultar, porque además si dijo algo, que se la banque, porque solo quiere fama, plata, sexo, drogas y todo lo imaginable (por una neurosis chiquita y mezquina); D. La fóbica, que pregunta: ¿y ahora qué hacemos?

Y la verdad es que es muy difícil decir qué hacer, porque eso es lo realmente singular y la única solución es vivir el conflicto.

Los conflictos son más o menos típicos. Si el mundo está lleno de personas, pero las respuestas son más o menos las mismas, ¿cómo no van a ser comunes los conflictos? No somos tan originales como creemos.

Salvo cuando nos ponemos a pensar y ahí es cuando a un conflicto respondemos con una pregunta. Deshacemos la respuesta con una pregunta y decimos algo que nadie más puede decir. Pero este es un trabajo.

Un trabajo de separación, de hacer algo con los afecta que no sea quedarnos en una respuesta sintomática.

3.

Hubo una época en que los psicoanalistas proponían hipótesis clínicas que, como todas las hipótesis, terminaban siendo falsas, demasiado singulares y afectadas por la fantasía del clínico, pero ¿qué importaba?

Hoy los psicoanalistas quieren decir la verdad, hablan de política, explican citas y cómo deben ser las cosas, la vida y el psicoanálisis mismo.

4.

Llegado cierto momento, hay que elegir: se escribe psicoanálisis o se escribe para psicoanalistas.

Serie Psicoanálisis outdoor

 

 

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