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Por Diego Fernández Pais
Si la moda es tu trabajo
Entonces cuando te desnudan
Supongo que te debés sentir
Como una desempleada.
Pulp, Underwear
… bueno, doctora, me presento… como usted supongo que ya sabrá, soy modelo, modelo de ropa interior, para ser más precisa; quizá usted me haya visto casi desnuda por ahí, por caso en algún poster de la peatonal… mi nombre es Sarah Maurras y, en verdad, es un gusto finalmente conocerla, tengo –desde el vamos– muy buenas referencias suyas, muchísima gente me ha hablado maravillas tanto de usted como de su método terapéutico…
… para que lo sepa, usted debe ser la cuadragésima quinta psicoanalista con la que me entrevisto en lo que va del año, y eso que apenas estamos a veintitrés de febrero… jaja, es una exageración, obvio, pero quiero decirle que estoy entrenada en esto de contarle mis problemas a otra persona… de hecho, he estado internada alrededor de ocho veces en distintos hospitales psiquiátricos; entiéndame, soy adicta al sexo, judía por parte de madre y porteña… como a los diez años mi madre me dio para leer El mal o El lamento de Portnoy, según la traducción, de Philip Roth… por casualidad, ¿usted la leyó?… quiero decirle, de nuevo, que estoy entrenada en esto de contarle mis problemas a otra persona…
… mi problema, para ser exacta, es uno y es que soy adicta al sexo, claro, pero sobre todo al sexo con mi hermano; él se llama Octavio y es escritor, un escritor conocido, quizás usted haya escuchado su nombre, posiblemente sí, siempre tiene un éxito bárbaro, y ahora parece que también es abogado, parece que ahora también ha empezado a trabajar como abogado, dice que la literatura ya lo aburrió, que ya ha conseguido todo lo que se puede conseguir con la literatura, y tiene apenas veintiocho años; es un escritor genial, la verdad…
… en realidad, Octavio no es del todo mi hermano, y no es una excusa, no me malinterprete, por favor, somos apenas medio hermanos por parte de padre, mi madre ya no tiene nada más que ver con nuestro padre, Arístides Maurras, lo de ellos fue sólo una aventura que no duró más de dos años; se lo juro, no es que nos hayamos criado juntos, de modo que para mí es más como un primo cordobés que como un hermano porteño, igual yo no tengo ningún otro hermano, ni cordobés ni porteño ni nada, y ya lo sé: no es una excusa, está muy mal lo que hacemos, lo que hicimos, quiero decir, perdón, prometo que no volverá a suceder, ésta tiene que ser la última vez, ya basta…
… Octavio se llama Octavio porque es el octavo Maurras que nació en la Argentina, nuestro tío abuelo era un famoso escritor y político francés cuyo nombre, tras la liberación parisina, se convirtió en mala palabra, de modo que sus hermanos tuvieron que emigrar a Santiago del Estero y Arístides, el menor, terminó casado con la hija de un filonazi y admirador de su hermano, nuestro tío abuelo, el intelectual de la derecha nacionalista, monárquica y antisemita francesa Charles Maurras, el eterno maldito de las letras galas…
… mi madre, por su parte, se llama Tania Goldman y es descendiente de una familia de judíos polacos que, tras la guerra, emigraron a Medio Oriente y contribuyeron a la fundación del Estado de Israel… ella vendría a ser uno de los escasos miembros de la segunda generación de nacidos en Israel… cuando llegó a la Argentina tenía más o menos entre veintidós y veintitrés años y no hablaba ni una sola palabra de español… llegó recién casada con el entonces flamante embajador de Israel, dice que todo era como en un cuento de hadas, como en una novela romántica… eso debe haber sido por el año mil novecientos noventa, mil novecientos noventa y uno…
… Arístides, nuestro padre, se llama –a su vez– como el suyo, también Arístides, pero en lugar de ingeniero, como sí lo era su papá, él se metió a trabajar para los servicios de inteligencia franceses y, a raíz de lo que fue el famoso atentado contra la embajada de Israel, conoció a mi mamá hacia mil novecientos noventa y dos… ni a mi madre ni a su esposo les pasó nada, pero fue en esas circunstancias que mi papá conoció a mi vieja y por lo que dicen, se enamoraron al toque, mi vieja largó al marido y empezó un affaire con mi padre que, en el año mil novecientos noventa y tres, culminó con mi nacimiento… entonces dejaron de ser amantes y mi padre siguió con su vida normal al lado de su esposa, la madre de Octavio…
… yo entonces nací en Buenos Aires, mi mamá en ese tiempo estaba soltera, sin embargo desde hace como veinte años está juntada con otro tipo que –a su vez– tiene tres hijos, pero ellos no son mis hermanos ni yo los considero así… mi papá me reconoció sin problemas, aunque no estuvo muy presente durante mi infancia, yo vivía allá y ellos acá de modo que no nos veíamos mucho… desde que tengo uso de razón yo ya lo conocía a Octavio, lo conocí de muy pendejita y desde que tengo memoria estoy enamorada de él, con él me di mi primer beso y tuve mi primera vez, mi madre siempre lo supo y se hizo la tonta, por eso me dejó venirme a vivir a Córdoba para estar más cerca de Octavio…
… fue mi madre la que nos descubrió teniendo sexo… ¿vio usted por casualidad la película Géminis de Albertina Carri?… bueno, la escena fue prácticamente igual, desde los veinte años más o menos Octavio venía seguido a Buenos Aires y siempre se quedaba a dormir en mi casa… tanto mi madre como su novio siempre trabajaron mucho y entonces nos quedábamos solos todo el día… un día estábamos cogiendo en la cama de mi madre y no nos dimos cuenta de que ella había vuelto… entró en silencio y cuando abrió la puerta pegó un grito mudo, exactamente igual al de la película Géminis… aunque nosotros no somos de géminis, sino de piscis… yo nací el veintiocho de febrero…los cumplo en cinco días… en esa época tenía catorce años…
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