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Por Cristian Rodríguez
I.
Consideremos a la física cuántica como una poética. No cualquier poética, ya que es una disciplina que concierne a los campos gravitatorios de la materia y a la posibilidad de su transformación, por efecto de la pérdida o ganancia de electrones en la estructura de los átomos, de los elementos con los que está hecho el universo.
Un cierto tipo de poética que permita describir y desarrollar los procesos de transformación y de atravesamientos transdimensionales.
II.
En el plano psíquico, permitiría describir los aspectos en los que el inconsciente se comporta como una función de onda.
Lo propio de este tipo de fenómenos que enlazan la física con la poética, es el concepto de “perturbación.”
El psicoanálisis se dedica a la “captura” de estas perturbaciones, en la forma de síntomas, actos fallidos y lapsus linguae.
El estudio de las perturbaciones de los campos y de las trayectorias, tendencias y órbitas a nivel subatómico, son determinantes en la construcción de una teoría psíquica como función de onda.
III.
Las poéticas no están exentas del método científico, del mismo modo que no hay método científico eficaz para resolver las distorsiones de campo acaecidas a nivel cuántico, si no lo proponemos como un método inductivo en un plano de la experiencia que es por definición: experimental, pero también indeterminado y poético.
IV.
Experimental supone adentrarse en un plano de la psiquis como función de onda y como formalización de esos fenómenos a nivel subatómico. No es sólo con un acelerador de partículas que podremos determinar los complejos procesos de las fuerzas y las partículas–onda.
En un encuentro humano y en un lazo social delimitado, como ocurre en la sesión de psicoanálisis, también es verosímil capturar este tipo de fenómenos de campo donde las partículas subatómicas aparecen y se desvanecen.
El modo en que un campo y otro se influyen y correlacionan, es en un sentido una perturbación, como ocurre con las irrupciones de lo inconsciente en la vida cotidiana. No sólo se trata del método y de los estatutos de lo que entendemos por ciencia, sino de una serie de emergentes para los que proponemos la definición de ciencias de la naturaleza como un complejo de experiencias sobre estas perturbaciones, y para las que ya no alcanzan las estrechas delimitaciones entre creación, campo conjetural y método científico.
V.
Hay un problema en concebir el concepto “empuje” -uno de los elementos descriptos por Freud como quintaesencia de la pulsión- como recorrido pulsional, es decir describiendo una determinada órbita. En el caso de la pulsión, se trata en realidad de cuantos de pulso en un determinado tipo de excitación que la física describe como “excitación electromagnética.”
Este tipo de excitación funciona por saltos.
Pensemos entonces que el estado natural de la pulsión en la vida psíquica humana se encuentra más cercano a la idea de perturbación y oscilación de la energía, y a la excitación de las partículas/onda en cada uno de los instantes relativos de esos cuantos pulsionales. Es de este modo que el objeto se resuelve como aleatorio para cada posición relativa de estas perturbaciones –es decir finalmente “se suelda”, ya que no está dado a priori-, tal como Freud lo concibió en su propuesta original.
VI.
Si aceptamos que este nuevo estatuto de la ciencia también retoma y sobrepasa la propuesta lacaniana de una ciencia no sólo conjetural sino de lo real, una práctica de lo real, entendemos entonces de qué modo estamos intentando promover la discusión científica respecto del psicoanálisis -entre otras prácticas científicas- como ese nuevo lazo y estatuto de la ciencia contemporánea, que ya no podrá sostenerse solo en la idea de una epistemología científica gobernada por el paradigma, ni en la experimentación positivista del experimento objetivo excluyente.
VII.
El psicoanálisis se comporta en el abordaje de la psiquis humana como un área de las Ciencias de la Naturaleza que investigan campos de experiencia ligados a la realidad.
Estos campos -entre los que se encuentran los procesos de la psiquis humana y su condición referida a lo inconsciente, a nivel de las partículas elementales de la naturaleza- entre otras los electrones-, permiten no sólo abordar el plano de la conjetura científica en psicoanálisis, sino el de la constatación por medio de la consolidación progresiva de las especulaciones ligadas a su corpus teórico, no diferente del de la física contemporánea.
Etiquetas: Cristian Rodríguez, EPC -Espacio Psicoanálisis Contemporáneo-, Física cuántica, Psicoanálisis, Sigmund Freud