Blog
Por Leticia Martin | Portada: Paul Cézanne
¨Lo que construimos hoy
lo hacemos sobre los escombros de ayer,
nada desaparece”
Mauro Libertella
En medio de un mundo global y digital que tiende a la indistinción de generaciones, donde la juventud es la única edad posible y donde el mercado de la vida eterna copa las cuentas de instagram ofreciendo plasma, botox, cirugías, alargamiento de pene, fitness, y una larga lista de consumos que nos hagan olvidar que los años pasan y las generaciones cambian, o de que —simplemente— no somos nuestros hijos, ni amigos de nuestros hijos, ni de sus amigos, sino sus padres, Mauro Libetella publica un libro eminentemente generacional. Un libro donde retrata a los jóvenes nacidos al calor de la democracia, época a partir de la cuál se han ido perdiendo los rituales de iniciación en la adultez y en la que la adolescencia es infinita y la madurez algo pueril, algo a esquivar.
¿Qué esconde la obsesión actual por la libertad sino una trampa absurda del mercado? ¿Podemos librarnos de crecer? ¿Qué implica olvidarse de que debajo de la tintura hay canas o negar que las tetas, aunque operadas, ya se han caído, o que la joda, por más atractiva que se presente, no es más que un momento que finalmente pasará y que no puede ser nuestro único objetivo? ¿Qué nos negamos cuando nos negamos el placer de madurar, pasar a otra etapa, dejar ir la etapa anterior?
Mauro y Leticia se conocen en una fiesta en Buenos Aires, escenario y telón de fondo de esta literatura del yo que bien podría terminar por inclinarse a una “literatura del nosotros”. Pero no nos adelantemos. Mauro es joven, estudiaLetras, tiene una novia y un grupo de amigos inseparables, también estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras. No pasan demasiados capítulos para que Leticia, de buenas a primeras, se empareje con uno de sus buenos amigos. Pero, aunque la electricidad entre estos dos no cese, cada uno avanza en su relación a partir de una serie de desencuentros y malentendidos. Con el correr de los capítulos el encuentro se da, de todos modos, o del mejor de los modos, y la relación clandestina avanza a saltos y elipsis, como puede, atravesando muertes y dolores, vacaciones y destiempos. ¿Qué implica para Mauro la pregunta por Leticia? ¿Qué esconde esa relación que no puede dejarse ver? ¿No será acaso un resguardo de las miradas ajenas donde lo íntimo encuentre su lugar feliz?
Podríamos quedarnos a pensar cómodamente la trama amorosa, la cuestión de la traición o el poliamor en las juventudes actuales, pero la novela, como una cebolla, capa sobre capa, desnuda un centro que la lleva mucho más allá. Lo que parece a simple vista literatura del yo encubre una pregunta por el lazo, por los modos de hacer familia, por los límites de lo público y lo privado.
La muerte del padre, literalmente, trae a Leticia y su consecuente pregunta por el amor y la pareja. Más adelante, con las decisiones y el devenir, la pregunta por Julia, la hija de los amantes, trae a la madre y sus recuerdos; mejor dicho, trae un recuerdo puntual de la infancia, que a su vez desvela la pregunta por el lenguaje —que siempre es materno como la lengua en la que se crece— y que nos enfrenta a la pregunta por la ficción.
“La pareja es la forma superior de la ficción un cuento que nos contamos todos los días y que alguna gente, incluso, pone entre dos tapas -la libreta matrimonial- para darle la forma de una novelita”.
¿Cómo acompaña nuestras vidas la ficción? ¿Qué historias de nosotros mismos nos contamos? ¿Qué elegimos borrar? ¿Qué elegimos recordar y narrar en forma de anécdotas, comienzos, problemas o soluciones? “No sé por qué se lo pregunté, pero al menos puedo explicar por qué esa escena, y no otras, sobrevivió a la razzia del tiempo y llegó hasta este libro así, tan precisa, como si hubiera sucedido ayer, en el ayer de mi hija (que es hoy)”, escribe Libertella.
No hace falta remarcar una vez más la agilidad de la prosa, el trabajo de síntesis y limpieza hecho sobre el lenguaje, o la decisión lúcida de Libertella de construir sobre los ruinas de lo que heredó, sin negarlo, sin renegar, sin alardear, sin creérsela. Mejor decir para ir terminando que Un futuro anterior es un libro maduro, que toma la distancia suficiente para leer lo generacional, para entender de qué movimientos se es presa, de qué modas se forma parte, de qué discursos hay que buscar recortarse para pasar a la adultez con pasó sólido y despegándose de la manada.
* Imagen de portada: Bodegón con cebollas (1895-1898) de Paul Cézanne
Un futuro anterior
Mauro Libertella
Sexto Piso, 2022
152 páginas
Etiquetas: Leticia Martin, Libros, Literatura, Mauro Libertella, Paul Cézanne