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23-06-2022 Notas

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Por Joaquín Gallardo | Portada: René Magritte

Pongámonos en órbita: el 15 de enero de 1964 Lacan comienza el dictado de su seminario sobre los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. En este, Lacan desdobla esos conceptos, entre ellos el de la transferencia. Rápidamente, ubica: “la transferencia, en la opinión común, es representada como un afecto”. Es decir, tendremos la transferencia de la opinión común y la analítica. Respecto a ella, él sitúa la transferencia en su vertiente simbólica (el Sujeto supuesto Saber), y la transferencia como “puesta en acto de la realidad sexual del inconsciente”. 

En la vertiente simbólica, Lacan relaciona la transferencia con el saber, un supuesto y un sujeto. ¿Y qué implica? Cuando una persona demanda un tratamiento, llega a la sesión, habla de su malestar, se queja, etcétera, del lado del analista queda que nos interroguemos si allí hay un sujeto del inconsciente, si la persona que consulta cuenta con un saber que desconoce sobre su propio malestar. Algunos quizás lo relacionen con la famosa pregunta freudiana: ¿qué tiene usted que ver con el mal que lo aqueja? Pero no va por ese lado, es más sutil, es poder pesquisar si, en el trascurrir de su relato, se esconde cierto saber inconsciente sobre ese padecimiento o uno que se irá construyendo en el análisis; siempre y cuando le supongamos al consultante un sujeto del inconsciente. 

Ese saber, ligado a su inconsciente, no es del todo enunciable. El analista podrá descifrarlo a través de las asociaciones del paciente, sus sueños, chistes y lapsus. En ese sentido, Lacan entiende al inconsciente como el lugar del saber, que designa aquello que determina a un sujeto, las coordenadas de su padecimiento y el entramado significante en el que se sostiene su malestar. 

Por ello, si entendemos que sólo hay transferencia cuando le suponemos al sujeto un saber sobre su malestar, saber que desconoce ya que remite a su inconsciente, pero podrá ser descifrado y construido en análisis, ¿podemos decir que la transferencia se trata de un lazo del paciente con el analista? ¿Hay transferencia sólo si el paciente establece un lazo amable y cordial con su analista?

Puede ser que algún analista crea que la transferencia tendría que ver con algún tipo de lazo. ¡Cuidado! Este concepto está determinado por la función que tiene en nuestra práctica clínica y, dice Lacan, “rige la manera de tratar a los pacientes”. En ese sentido, se me viene a la memoria la propuesta de Lacan del retorno a Freud, que para él significaba que los lectores se preocupen por saber qué quiso decir Freud y que para ello lo lean con seriedad. Siguiendo en esa línea, quizás sea momento de releer a Lacan. 

 

* Portada: El arte de la conversación
(1963) de René Magritte

 

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