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Por Luciano Lutereau | Portada: Jusepe de Ribera
1.
¿Es muy simplista decir que el psicoanálisis (cuando se trata de pacientes heterosexuales, pero no solo –porque esto aplica a muchos que no tienen una elección hetero) es para que los varones puedan dejar el lugar de la causa (del goce de la madre) y las mujeres el lugar de objeto (elegido o rechazado por el deseo del padre o un sustituto)?
Es muy simplista, pero un poco orienta. Después cada quien extrae consecuencias y amplía según su formación y práctica.
2.
¿Es muy exagerado decir que un varón que no se haya analizado tiene más probabilidades de ser poco empático con las preocupaciones y tristezas de su pareja mujer, porque tiene más chances de cargar con la fantasía omnipotente de la madre (cuyo sufrimiento es irrepresentable) y, por lo tanto, ser muy compañero con otras mujeres, dispuesto a colaborar con sus problemas, incluso conmoverse, pero en lo que hace a su compañera no tener el menor registro e incluso exigirle –de manera implícita– que esté siempre bien?
Sí, es exagerado.
Pero es una idea de Freud y las ideas freudianas son exageradas, porque la exageración era el modo en que él amplificaba en fenómenos concretos y de fácil consenso lo real de la estructura psíquica.
3.
Una de las mejores demostraciones de la existencia del complejo de Edipo es que alguien necesite enemigos.
¿Qué es un enemigo? Es una versión imaginaria del padre.
No importa si quien necesita enemigos, cree en la existencia del Edipo. El Edipo no necesita su creencia para existir y dominar su vida psíquica.
De la misma manera, el otro componente del Edipo es la madre, cuya peor versión es la verdad. Cuando alguien cree que la verdad es que algo solo puede ser de una manera, es como si quisiera acostarse con la madre.
El deseo por la madre es encubridor de la relación incestuosa con la verdad.
Entonces, más allá de lo que diga o piense, edípica es toda persona que cree las cosas son de un solo modo (como su mamá se las dijo o se las cocinó) y todos los demás son sus enemigos.
Dicho esto, pienso que el edipismo goza de buena salud en nuestra sociedad.
4.
“La incapacidad para tolerar la ambigüedad es la raíz de todas las neurosis” es una de mis frases favoritas de Freud.
Me hace pensar que la ambigüedad no es un déficit, sino parte de la construcción de todo concepto. Aquello que lo desarrolla con un movimiento interno. En filosofía, la ambigüedad fue reclamada por muchos autores, como Merleau-Ponty y Simone De Beauvoir.
Lo ambiguo no es lo paradójico. La paradoja sí es un tipo de ambigüedad, pero también hay otras formas.
Sí me gusta de la frase de Freud que ubique que el rechazo a la ambigüedad es un síntoma de neurosis. Es una indicación importante para pensar los modos de exposición y transmisión del psicoanálisis, la manera en que a veces un texto que busca clarificar puede decir mucho… de la posición personal de autores que piensan que son neutros porque no escriben en primera persona o que simplemente se dedican a comentar citas.
Cuando alguien se dedica a enseñar psicoanálisis, no habla de una teoría, habla de las consecuencias que el análisis tuvo en su propia formación.
* Portada: «Filósofo sujetando un espejo» (Siglo XVII) de Jusepe de Ribera
Etiquetas: Edipo, Jusepe de Ribera, Merleau-Ponty, Psicoanálisis, Sigmund Freud, Simone de Beauvoir