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27-01-2023 Ficciones

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Por Pablo Manzano

Paul Paul: El infierno son los nuestros. Para los otros simplemente no existimos. Son los nuestros quienes nos existen.

Rita Male: Tiene una manera de hablar muy pretenciosa. Yo no aprendo nada de los tíos que van de profundos. Aprendo de gente como Mae, ¿sabes? Mae me enseñó los primeros riffs, me enseñó acordes. Eso me dio savia nueva. A mis cuarenta. 

Greenboy: Yo nunca había tocado el bajo, pero siempre me había hecho ilusión estar en una banda. El nombre se me ocurrió a mí, Los Impostores, porque ninguno sabe tocar bien su instrumento. A Mae le gustó, dijo que así empezaron los más grandes, así empezaron los Beatles. Al principio todos eran impostores.  

Mae Doll: Cuando Rita ya se defendía le regalé su primera guitarra. Negra y con forma de estrella, el mismo diseño que un anillo muy guapo que lleva. Nos vestimos las dos de negro, ella con su guitarra nueva y yo con mi micrófono de los años cincuenta. Greenboy nos hizo mogollón de fotos. Podéis verlas en nuestras redes.

Greenboy: En una entrevista que hicimos durante la gira le preguntaron a Mae por el nombre del grupo y ella estaba a punto de admitir que no éramos profesionales, cuando Paul Paul la interrumpió: «En realidad somos unos músicos muy buenos que se hacen pasar por diletantes, por eso nos llaman Los Impostores».

Rita Male: Además de filósofo, listillo. En las entrevistas, en el escenario… Siempre quería sobresalir. El volumen era un tema. Se quejaba de que mi eléctrica sonaba muy fuerte, decía que me habían regalado una Ferrari y que no sabía cómo llevarla. Yo flipaba, ¿sabes?, porque el tío ni siquiera sabe conducir. Lo juro. 

Greenboy: Los ensayos son de risa. A Mae le da hambre y se pone a comer patatas de bolsa mientras canta. Y Rita al menor movimiento tira al suelo el pie de micro, el soporte de las guitarras, un ampli. Hace lo mismo que los Who, pero sin querer.

Paul Paul: Fuma porros todo el tiempo, por eso le llaman Greenboy. Ellas también fuman sin parar. ¿Tienes papel? ¿Tienes papel? ¿Tienes papel?

Mae Doll: Para los conciertos hago que se vistan todos de negro. Es por una cuestión de estética.

Paul Paul: Ir de negro, a estas alturas, es caer en la parodia. Es como llevar un micrófono de los años cincuenta. 

Rita Male: No tiene estilo, no tiene imagen. Por ejemplo, el pelo. ¿Por qué no hace algo con su pelo?

Greenboy: Antes de la gira apareció con el pelo demasiado corto, venía de su peluquero pakistaní, y Mae le dijo: «¿Qué pasa, Paul Paul, vienes del campo de concentración?».

Rita Male: A mí me lo cortó Mae y me dejó este flequillo rollo Adolf. Me encanta lo nazi, estéticamente mola, eso hay que reconocerlo.

Mae Doll: David Bowie decía que Hitler era un artista de los media, que sabía trabajarse al público. Yo creo que Hitler además tenía una gran sensibilidad.

Paul Paul: Siempre queda de aquello que se acaba. 

Mae Doll: ¿Mis canciones? Son como mi llanto. Debe ser porque no suelo llorar. De hecho, no recuerdo haber llorado nunca. Mi música es ideal para ciudades como Berlín.

Greenboy: «By my side» es una canción sentimental. En el primer concierto de la gira, mientras Mae la cantaba, Paul Paul no paraba de llorar sobre su piano.

Mae Doll: Un día lo acompañé a comprarse el Clavinova. Era mi cumpleaños y él me regaló un ejemplar de su novela. Después nos fuimos a tomar algo. Aquel día me di cuenta de que Paul Paul era el único de la banda al que de verdad le gustaban mis canciones. 

Paul Paul: Todas las canciones y todas las novelas podrían desaparecer sin provocar la menor alteración en el universo. No veo un solo motivo para proteger a los artistas. No son una especie en extinción, más bien una plaga.  

Rita Male: Si alguien leyera sus libros el tío no pensaría igual, ¿sabes?

Greenboy: Después del último concierto de la gira Mae tenía una de sus noches punks.

Rita Male: Después del último concierto en Berlín fuimos a un club donde estaba toda la gente del mundillo. Todos muy maqueados, superestilosos. Guay, guay.

Greenboy: Estaban los dos solos en la esquina de la barra y él le hablaba, y parecía que ella ya estaba más tranquila. Rita estaba a mi lado y no les quitaba ojo. 

Mae Doll: Yo me pregunto qué sentido tiene todo esto… No hablo de este documental, que supongo que nos sumará seguidores. Me refiero a la vida. ¿Qué sentido tiene la vida?

Paul Paul: Aquella noche, después del último concierto, muñeca Mae no dejaba de eructar su mantra misándrico: los tíos son un asco, los tíos me la sudan, los tíos… Así que empecé a hablarle de amor. 

Greenboy: Entonces alcancé a ver una lágrima. 

Paul Paul: Le dije que se quitara las mil corazas, las mil máscaras. Le dije, estás hecha para el amor. Le dije, tú y yo nos haríamos mucho daño, pero yo me entregaría a ese amor dañino sin dudarlo. Le dije, acabaríamos arrancándonos los ojos, pero no me arrepentiría de ese amor.   

Greenboy: Mae le apartó la mano bruscamente, y luego le aceptó un kleenex.

Paul Paul: Le dije, tus canciones hablan sobre lo que no puede ser, y no hay nada más bonito que lo que no puede ser, hablan de amor… Y entonces: ¡Bingo! Bingo lacrimal. 

Greenboy: Salieron del club juntos. Y Rita fue tras ellos.

Rita Male: Le pregunté qué le pasaba y él tío respondió «nada». ¿Te lo he preguntado a ti? Estoy hablando con ella, ¿vale? A algunos hombres les toca mucho el ego que una mujer les plante cara, ¿sabes?

Paul Paul: Mae también respondió «nada, no me pasa nada». Rita Male nunca sabrá por qué Mae Doll lloró aquella noche.

Greenboy: Había un rumor de lesbianismo. Yo pensaba que podría explotarse con fines de promoción. Pero Paul Paul se mostraba escéptico. A la vuelta de la gira me dijo: ¿sabes por qué Mae y Rita no son lesbianas? ¿Por qué?, le pregunté. Porque para eso deberían ser dos tías.

Rita Male: Muy gracioso. Seguro que lo va repitiendo por ahí. Siempre va repitiendo sus chistes. ¿Por qué creéis que le llaman Paul Paul? 

Paul Paul: Sí, ése es mío (risas). Es que es muy masculina. Rita Male, ¿lo habéis pillado? Male. 

Rita Male: Después de la gira el tío ya no quería ir a ensayar. Yo creo que se le ponían en la garganta con sólo verme, ¿sabes?

Paul Paul: En cada concierto de la gira había más gente sobre el escenario que en el resto del local. En Berlín tocamos para una sola persona, al pobre infeliz le dolían las manos de tanto aplaudir. Hablé con Mae, le dije que aquello no iba a ninguna parte.

Mae Doll: Después de la gira me propuso cambios. Me dijo que tenía que rodearme de gente que realmente apreciara mi música, que sintiera mis canciones y se emocionara al tocarlas. Me dijo que Rita y Greenboy sólo querían volver a sentirse jóvenes en una banda de rock. Me pareció que tenía razón. 

Greenboy: Mae y Rita demostraron tener talento de publicistas. Eso que se necesita para resumir mucho en una frase breve. Lo resumieron todo en tres ideas claves, para decirle lo que pensábamos, pero sin ofender. Porque la verdad es que hablamos mucho de él, dijimos muchas cosas sobre él, tantas que por momentos nos sentíamos malas personas y teníamos que reconocerle una o dos virtudes sin peso, para luego ponerlo a parir otra vez.

Paul Paul: ¿A quién no le dolería enterarse de lo que dicen de uno? Pero dolería más saber que los nuestros no dicen nada, que uno no existe. 

Mae Doll: Se lo comuniqué por mail. Para evitar un enfrentamiento. 

Greenboy: Mae fue muy telegráfica. Solo expuso las tres razones por las que lo echaba de la banda: Mucho ego, poca autoestima y mal rollo. Paul Paul le respondió brevemente: «Me parece un eslogan cojonudo». Luego hizo copiar y pegar para insertarlo en su página web de solista que ya estaba creando. Si entrabas en su sitio leías: «Paul Paul Pianista. Mucho ego, poca autoestima y mal rollo».

Paul Paul: Lo que ven los nuestros, eso es lo que somos.

Rita Male: Después el cabrón esperó. Hasta el día de su cumpleaños.

Greenboy: La segunda respuesta era un mail larguísimo, casi una novela. Empezaba diciendo: «Con la verdad por delante se hunde el mundo, pero el nuestro ya se ha hundido». 

Paul Paul: Hasta la gente más dura se ablanda el día de su cumpleaños. No me acordaba exactamente de la fecha, pero tenía el ticket del día en que fuimos juntos a comprar mi piano el año anterior. Aquel día hablamos de sus canciones. 

Rita Male: Claramente quería hacerle daño, con ese sarcasmo pretencioso. Un rollo intelectual, tóxico, infumable.

Paul Paul: ¿Para qué esforzarse en conservar vínculos ya deshilachados? ¿Por qué no enfrentarse al vértigo de la soledad absoluta? ¿Romper vínculos no es acaso una manera de prepararse para la muerte?

Mae Doll: Nunca le respondí. No soy una resentida.

Greenboy: Fui a visitarlo. Intentó sonsacarme, quería saber qué más se había dicho de él. Dijo algo de la inteligencia… Dijo que, si los nuestros no la aprecian, la inteligencia se perturba con resentimiento, deja de producir, conduce al aislamiento. Algo así.   

Mae Doll: Es muy predecible. Escribirá algo para ridiculizarnos a todos. Tarde o temprano lo hará.

 

 

Este relato forma parte del minilibro colectivo Crack Vol. 10. Se lee acá.

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