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02-03-2023 Notas

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Por Joaquín Gallardo

I.

Parece que el circo de El Cronista se expande a nuevos campos y uno de sus personajes junta letras sobre temas que desconoce y se nombra comunicador a sí mismo. Hace unos días subieron una nota titulada “Lo más trucho de Argentina” con una foto de Freud en la portada. La leí. Es una crítica vaga, ignorante y profundamente tendenciosa hacia una práctica de salud mental, escrita por un tipo que se describe como experimentado en negocios, tecnología, sociedad y ciencia.

Lo primero que señala el autor es que el Psicoanálisis es “la más longeva falsificación de la Psicología real”. ¿Acaso no sabe, a pesar de su experiencia en ciencia, que la Psicología y el Psicoanálisis no forman parte del mismo conjunto? Muchos psicoanalistas, incluso, no se nombran como psicólogos, puesto que son disciplinas diferentes que apuntan a distintos objetivos. 

La Psicología es una ciencia y una disciplina enfocada en el estudio de la conducta humana y los procesos del cerebro (atención, pensamiento, concentración, aprendizaje, memoria, entre otros). Algunos eligen pensar al Psicoanálisis como una rama de la Psicología. Insisto: no lo es, el Psicoanálisis es una práctica de salud mental, un método, una teoría que apunta a la exploración del inconsciente, entendido como un elemento que forma parte de la organización del psiquismo (no del cerebro). El término Psicoanálisis proviene del griego psico o psykhé que significa alma o actividad mental y análisis que implica dividir un tema en partes más pequeñas para obtener una mejor comprensión del mismo y estudiarlo. ¿Un psicoanalista se interesa en el estudio del funcionamiento de la memoria de una persona, o el proceso de aprendizaje de un sujeto? En principio no, apuntamos al estudio del inconsciente de cada persona que acude al consultorio por un sufrimiento subjetivo. Nuestro método de trabajo es la asociación libre, y nuestro material son los sueños, los fallidos, los chistes, el síntoma; vías de acceso al inconsciente.

 

II.

Continúa la nota de El Cronista con lo siguiente: “la interpretación es territorio del analista que intenta descubrir un significado oculto que causa el evento. La terapéutica del Psicoanálisis se solapa en esto: el método interpretativo descubre las causas veladas del evento y supone que la interpretación correcta tiene efectos curativos sobre el paciente”.

No. 

Es cierto que la interpretación es una herramienta del analista para intervenir en un caso. Pero a través de la interpretación no intentamos descubrir un significado oculto. El Psicoanálisis no es magia ni adivinación. La interpretación tiene un sentido dentro de un análisis, no es en cualquier momento ni se dice cualquier cosa. La interpretación apunta a devolverle al paciente su propio mensaje para que pueda escucharse a sí mismo; algo respecto a su dolor, a la posición que tiene en una escena, a su responsabilidad en aquello que lo aqueja. Ese significado “oculto” es nombrado, a su manera, por cada sujeto. Allí, la tarea del analista será sancionar ese decir. Tampoco es cierto que supongamos que la interpretación correcta tiene efectos curativos sobre el paciente. Eso es absurdo, superficial y un pensamiento mágico. En muchos casos, la cura psicoanalítica se trata de que el analizante pueda ir construyendo el mapa de su dolor, su implicación en ello y pueda tomar otra posición ante lo que le ocurre. Es muy pobre pensar que el Psicoanálisis y la investigación del inconsciente se trata de soplar y hacer botella. En fin… 

 

III.

Continúa la nota: “el principal concepto del Psicoanálisis es el “inconsciente freudiano” junto con el proceso de represión y retorno simbólico de lo reprimido”. Error. 

El Psicoanálisis en sus más de cien años creció y la teoría avanzó. Si bien se cuenta con el inconsciente freudiano, el autor de la nota desconoce la obra de Lacan y el inconsciente lacaniano, que él introduce a partir del seminario Los cuatro conceptos fundamentales del Psicoanálisis. No voy a explicarlo porque no es el objetivo de este escrito. Tampoco es cierto que el retorno de lo reprimido sea siempre desde lo simbólico, hay retorno en lo Real (lo real lacaniano), y bien se encargó Lacan de explicarlo y formularlo para dar cuento del psiquismo en la psicosis. 

Según El Cronista, ese retorno “puede darse en sueños, fallidos y síntomas más graves (como una ansiedad generalizada)”. En primer lugar, ansiedad generalizada no forma parte de la nosología psicoanalítica, insiste en la mezcla de disciplinas. En segundo lugar, no todo padecimiento es síntoma en Psicoanálisis. Dentro de nuestra práctica, para que algo se considere un síntoma tiene que contar con ciertas características, no sólo que se sufra de ello; eso puede ser un signo, una señal, un padecimiento, para el síntoma no alcanza. 

 

IV.

Es común que quienes no estén formados en psicoanálisis ni hayan leído a psicoanalistas, desconozcan qué ocurre detrás de escena. Cada caso en psicoanálisis es diferente, único. El psiquismo es como una huella digital irrepetible, por lo que cada sujeto tiene una lógica distinta. Lógica que se construye en la medida que un análisis avanza. Pero para que ello sea posible, hay un psicoanalista frente a un paciente que va pensando cuál es la dirección de la cura necesaria para cada analizante y cómo está construido ese psiquismo. Eso no se ve, no se comparte. Quizás sea un error de nosotros, los analistas, que no compartimos cómo vamos construyendo un caso y cómo lo vamos pensando. O quizás, también, sea error de los opinólogos, que sin contar con información suficiente difaman nuestra disciplina. 

Esta puede ser una posibilidad para que empecemos a reflexionar qué estamos transmitiendo los psicoanalistas sobre nuestro trabajo día a día y nuestro cuerpo teórico.

 

 

 

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