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Por Luciano Sáliche
I
Del otro lado de la General Paz, a pocas cuadras del Puente Pueyrredón, un grupo de trabajadores batalla contra el ajuste. Diario Popular, histórico medio que empezó a imprimirse en 1974 y que hoy cuenta con 180 empleados entre gráficos y prensa, lleva ya tiempo con incumplimientos severos potenciados por una dura política antisindical: la empresa le debe dos sueldos y tres aguinaldos a sus trabajadores, y además arma listas negras con quienes se lo reclaman. Ayer hubo paro. No es nada fácil mantener la organización en un contexto así: “Se hace difícil, porque naturalmente se produce un desgaste muy grande en los compañeros y compañeras”. El que habla es Juan Manuel Lazzarino, más conocido como “El Vasco”, delegado del diario por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (Sipreba) y referente de la Federación Argentina de Trabajadores de Prensa (Fatpren).
“La realidad es que no es una crisis propia de la actividad —continúa—, sino una consecuencia de los desmanejos de la dirección del medio. No estamos así por la caída en las ventas, por la tan anunciada muerte del papel, sino por las decisiones del dueño de Popular, Francisco Fascetto, y su administrador, Fernando Cardoso. Hemos realizado asambleas, reuniones, retenciones de tareas y paros. La empresa amenaza con el cierre toda vez que hay un reclamo de sus trabajadores. Ahora están pagando de manera diferenciada a aquellos y aquellas que quisieron activar de manera sindical. Pretenden comprar paz con miedo”.
La cúpula del medio que está celebrando sus cinco décadas de vida “lleva cuatro años pagando en cómodas cuotas, y ahora se suma que nos deben ya tres aguinaldos. Eso, sumado al hecho de que no realizan aportes patronales, ni pagan las cargas sociales. Nosotros transitamos toda la pandemia sin obra social ni ART”, revela el autor del podcast de política internacional Ballotrash.
II
Tal vez como nunca, el contexto político ejerce una presión desmedida sobre este tipo de conflictos. El mes pasado, Sipreba publicó una encuesta que revela algunos datos insoslayables. Por ejemplo, el 92% de los trabajadores de prensa escrita del AMBA cobra sueldos por debajo de la línea de pobreza. El salto interanual es llamativo: en 2023 representaba el 63%. ¿Y qué ocurre cuando no alcanza el sueldo? Se buscan un empleo que complemente, o dos, o tres. Según la encuesta, el 52% tiene dos o más trabajos y el 21% tiene tres o más. Otro dato: el 74% tiene otro trabajo por fuera del periodismo, es decir, son expulsados de la actividad. La conclusión podría ser esta: solamente al 6,5% de los encuestados, el sueldo del principal empleo en prensa le alcanza para vivir.
Esto se explica por varias razones. La principal: el ajuste planificado por Javier Milei cuya principal postal es la calamitosa recesión. Pero hay otro que suele pasar desapercibido: la decisión de degradar la cartera de Trabajo y convertirla en un holograma hace que el Estado deje de mediar entre sindicatos y cámaras empresariales dándole vía libre a que las patronales hagan lo que quieran. Pero hay otro elemento que compete a Diario Popular: la eliminación de la pauta pública por parte de Nación. “Esto impacta de lleno en nuestros salarios. Si bien es obvio que la empresa tiene que responder por sus obligaciones con o sin pauta, también es obvio que ese ingreso afecta las finanzas de todo medio. No solo Diario Popular, cualquier medio”, explica Lazzarino.
“Además, la innegable crisis económica a la que nos ha conducido el gobierno nacional con su bestial ajuste sobre la clase obrera hace que las ventas y la publicidad privada caigan de forma constante. Este contexto, en cuanto a las empresas periodísticas, es el ideal para garantizar la concentración en manos de las dos o tres que pueden llegar a quedar de pie. Y no creo que sea casualidad”, señala.
III
Mientras tanto, el debate público se deteriora y las noticias se vuelven mercancías rotas. ¿Qué momento atraviesa el periodismo? Juan Manuel Lazzarino empieza señalando que “hay cuatro o cinco voces archiconocidas y posicionadas en espacios de máxima exposición que militan el ajuste del gobierno de manera salvaje y descarada. Si me preguntás si ellos son el periodismo, te tengo que decir que son una muestra ínfima que no puede hablar en nombre del periodismo. Nos veo perseguidos y atacados por un gobierno que viene a regalar el país; eso al menos nos para en el lugar de la mecha que quiero estar. A la vez, veo periodistas y trabajadores de prensa hambreados, precarizados y con tres y cuatro trabajos”.
“El INDEC acaba de publicar que el mínimo del salario tendría que estar en un millón trescientos mil pesos. Son como tres sueldos de periodistas. Eso me preocupa. Con salarios de hambre no hay periodismo”, dice y concluye: “Fuera de eso, respecto del oficio en sí, estoy expectante para ver cómo nos acomodamos a la caca chirla esta de los canales de streaming, donde veo mucho show, poco periodismo y menos derechos laborales”.
Etiquetas: Diario Popular, FATPREN, Fernando Cardoso, Francisco Fascetto, Juan Manuel Lazzarino, Periodismo, Prensa, SIPREBA