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25-04-2025 Notas

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Por Pablo Milani | Portada: Lucía Martínez Mayer

La periodista y escritora presentó su libro, Nunca podemos descansar del todo (Milena Caserola) en la Biblioteca Miguel Cané de la Ciudad de Buenos Aires. Gabriela Mayer nació en Buenos Aires en 1971. Cuentista y periodista cultural. Se graduó en Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires (UBA). Entre sus libros se encuentran: Todas las persianas bajas, menos una (Ediciones Al Margen, 2007), El pasado sabe esperar (Alción Editora, 2018) y Sueños como cuchillos (Milena Caserola, 2022)   

Gabriela Mayer

Si para el poeta vietnamita Ocean Vuong escribir es hacer un espacio para los demás, un lugar donde habitar de otra manera, el nuevo libro de Gabriela Mayer, podría encajar holgadamente en un lugar así. Sin estrías, entre luces y sombras, con una tenue oscuridad que lo hace todo más real, más cercano. En el impredecible arte de describir esta serie de cuentos, emerge un panorama literario que explora diversas facetas de la experiencia humana, desde las complejidades de las relaciones interpersonales y la búsqueda de identidad hasta la confrontación con la maternidad, la violencia y la muerte, todo ello imbricado en atmósferas particulares y dentro de un distintivo estilo narrativo.

Cada cuento, con su atmósfera particular, contribuye a una visión que reflexiona sobre la complejidad de la condición humana en contextos a menudo tocado por tensiones y la irrupción de lo inesperado, desafiando las convenciones y exponiendo las fragilidades de la normalidad. Esta voz, siempre observadora, desentraña las dinámicas de poder y las sutiles manipulaciones que se tejen en las relaciones interpersonales, particularmente durante la adolescencia, donde la construcción de la identidad y la búsqueda de aceptación social se convierten en fuerzas motrices. El ambiente de pequeñas comunidades o espacios cerrados, con sus rutinas y secretos, intensifica la exploración de las tensiones subyacentes y los anhelos de trascendencia.

Nunca podemos descansar del todo adopta una perspectiva íntima e introspectiva, sumergiendo al lector en el torbellino emocional de personajes que se enfrentan a encrucijadas vitales, como la decisión sobre la maternidad o la confrontación con los propios miedos y deseos más profundos. En palabras de la periodista Silvina Friera, que presentó el libro junto a la autora el pasado 9 de abril en la Biblioteca Miguel Cané, dijo que lo real coincide como irrealidad mientras que la realidad se concibe como irreal. En este caso, esa singular descripción, se torna sensorial y simbólica, partiendo de elementos que se cruzan entre sí, con metáforas poderosas para externalizar los conflictos internos y explorar las complejas relaciones entre el cuerpo, la mente y el entorno. La irrupción de lo insólito en la cotidianidad sirve como catalizador para la reflexión y la transformación personal.

La crudeza de la violencia, tanto física como emocional, emerge como un tema central, donde la voz de un testigo o una víctima indirecta confronta con las secuelas devastadoras del abuso y la dificultad de escapar de sus garras. El ambiente marginal y la urgencia del testimonio intensifican el impacto de la narración, que busca generar conciencia sobre la persistencia de la violencia de género y la necesidad de empatía y escucha activa. El contraste entre la indiferencia inicial y la revelación final subraya la invisibilidad de estas problemáticas en la vida cotidiana.

La búsqueda de la identidad y el desarraigo de las etiquetas impuestas por el entorno social se exploran donde la perspectiva se centra en personajes que intentan construir una nueva vida lejos de las limitaciones y los prejuicios de su origen. El ambiente de transición y adaptación se contrapone a la persistencia de las secuelas psicológicas del pasado, manifestándose en hábitos, supersticiones y recuerdos opresivos. Aquí lo observacional acompaña el proceso de liberación y la construcción de una nueva identidad.

Finalmente, la confrontación con la muerte y las tradiciones que la rodean se aborda desde una perspectiva inusual, donde lo fantástico se imbrica en la descripción de una comunidad con costumbres singulares. El conflicto surge cuando lo establecido se ve amenazado por la irrupción de lo inesperado, desafiando la normalidad y generando inquietud. Esta forma establece y combina la descripción de lo cotidiano con elementos surreales, culminando en un clímax donde las tradiciones se ven subvertidas por una fuerza que escapa al control humano.

Como obra conceptual, Nunca podemos descansar del todo se caracteriza por una exploración profunda de la condición humana. Quizás este libro sea aún más autobiográfico que su antecesor Sueños como cuchillos (Milena Caserola, 2022). Gabriela Mayer, durante la presentación, dijo que estaba bueno dar el salto, decidí escribir sobre algo más cercano y lo sentí posible. Los doce cuentos que conforman este libro, se podrían describir como una línea de tiempo de la propia autora, en el que se interconectan ficción y realidad destacando sus motivaciones y relaciones sin perder la emoción. Tal es así que termina siendo un elemento esencial que cohesiona la fragilidad de la normalidad y la omnipresencia de lo imprevisto. En cada historia, una situación aparentemente estable se ve alterada por un evento que desafía las convenciones y obliga a los personajes a confrontar lo desconocido, revelando las tensiones latentes y transformando la percepción de la realidad. Ya sea una planta que crece sin control, el despertar de los muertos o una revelación impactante sobre la violencia, lo insólito irrumpe en la cotidianidad, desestabilizando el orden y exponiendo las vulnerabilidades de la existencia humana. Los vínculos familiares, amorosos y sociales, son puestos a prueba en diversas circunstancias, revelando las complejidades de la naturaleza humana y la dificultad de establecer conexiones auténticas y duraderas. La búsqueda de aceptación, la necesidad de comprensión y el anhelo de trascender la soledad son fuerzas poderosas que impulsan las acciones de los personajes.

En el inicio del libro editado por Milena Caserola, con una exquisita ilustración de tapa de Lucía Martínez Mayer, hay una frase de “Todo cuanto amé,” la novela de la ensayista estadounidense Sir Hustvedt, que dice: Una mujer junto a la ventana. Piensa y mientras piensa, desespera, desespera por ser quien es y no otra persona. Nunca podemos descansar del todo quizás sea eso, un libro que invita al lector a reflexionar sobre las múltiples formas en que los individuos se relacionan consigo mismo, con los demás y con el mundo que los rodea, incluso cuando las normas se desdibujan y lo repentino irrumpe en la aparente normalidad, dejando una sensación persistente de la complejidad y la incertidumbre que definen la existencia.  

Nunca podemos descansar del todo
Gabriela Mayer
Ed. Milena Caserola
2025

 

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