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Por Cristian Rodríguez
Al referirnos a la Onda Pulsión consideramos así una relación entre la cualidad de un sistema psíquico -las cantidades de energía, de cómo estas se expresan en la conciencia como pura cualidad- y de algún tipo de compromiso con la masa requerida en determinados procedimientos psíquicos.
En el otro borde de la experiencia psíquica hay aspectos del cuerpo que son sólo onda. Y hay una dimensión del cuerpo que es sólo onda: cuerpo onda, devenida también de la cualidad -pero en otro nivel del desarrollo del fenómeno- y de la pulsión en calidad de onda, como onda pulsión. Para este requerimiento del cuerpo en calidad de onda vamos a proponer una categoría matapsicológica de índole exopsíquica.
Tanto los procesos psíquicos que requieren masa -y se inervan potencialmente en el nivel del órgano- como las dimensiones del cuerpo que están a nivel de la onda -y sólo pueden resolverse en el plano de la exopsíquis-, en la experiencia clínica tendríamos que abordarlos como fenómenos de campo, más precisamente ligados a los estados de la pulsión, de la Onda Pulsión.
No puede pensarse uno sin el otro. No puede pensarse a nivel de la experiencia clínica la masa requerida en ciertos procesos psíquicos sin establecer su relación con los aspectos del cuerpo que pueden abordarse como exopsíquicos. Es precisamente en esta dimensión exopsíquica que podemos encontrar elementos de abordaje, estabilización y cura en las patologías de índole orgánica, en el abordaje de los fenómenos psicosomáticos y en las holofrases.
Esto requiere nuevas aportaciones teóricas:
I. Primero la de la unificación del campo. Venimos proponiendo una diferencia conceptual para los fenómenos de campo -que se producen a nivel metodológico, a nivel del abordaje de los fenómenos en su conjunto. Diferentes sistemas: locura de a dos, campo concentracionario, diferentes niveles de la línea de montaje y el automático psíquico-. Son los abordajes a nivel macro de los que también participa el psicoanálisis, como psicoanálisis en extensión.
Luego tenemos el otro nivel de organización teórica de los fenómenos, que denominamos fenómenos transdimensionales.
II. Que postulemos el psicoanálisis en el campo unificado como ciencias de la naturaleza resuelve varias cuestiones metodológicas e incluso clínicas. Y nos permite trabajar sobre el concepto de realidad -ciencia de la realidad- y el de la conciencia como onda cualidad conciencia.
III. Que postulemos un cuerpo en cuatro dimensiones -un cuerpo molecular, y por consiguiente también un cuerpo del significante- nos permite recuperar y continuar la tradición teórica del psicoanálisis, incluyendo la cuestión de la pulsión y su relación como dimensión real de la pulsión -que en su paso más allá, toma precisamente la articulación freudiana de más allá del principio de placer y pulsión de muerte-.
Pero estamos descubriendo de la mano de la física de cuerdas -o de la física contemporánea-, otro cuerpo, un Cuerpo Onda, a nivel subatómico, en una relación que hasta aquí pensamos por su carácter disociado. No podemos ingresar a este cuerpo con las coordenadas de las cuatro dimensiones. Ese cuerpo se revela tanto desde ciertos sueños, como fenómenos tele, anticipaciones lógicas, niveles de transcripción intrapsíquicos, remisones orgánicas y posiciones electivas a partir del trabajo clínico.
Ciertos cuadros clínicos eleccionan, se producen fenómenos ligados a las mutaciones o del orden de las mutaciones. Tanto como curvaturas del espacio tiempo captadas a partir de la posición del hablante en un tratamiento, con otra lógica gravitatoria, otra relación de masa y otra consistencia respecto de la partícula y lo que entendemos por cuerpo. Unificar el campo nos va a permitir poner en relación estos dos niveles lógicos de la pulsión: Onda Pulsión y ADN-Pulsión, posiciones de la onda, de la partícula, y por ende del cuerpo.
IV. Si seguimos la senda de estas nuevas formulaciones conceptuales sobre pulsión, la de la pulsión tomándola como estados de la pulsión -y que no son sólo estados de la materia, sino posiciones relativas del objeto “a”- podemos avanzar en la fundamentación de estos pasajes transdimensionales que requieren de más dimensiones para poder establecerse teóricamente.
Esto deja planteada dos cuestiones próximas: la formulación de una exopsiquis, por un lado, y la postulación de un estado de la pulsión, que nombraremos como ADN pulsión, y no sólo es intrapsíquico sino también exopsíquico. Una psiquis flotante, externa, gravitacional, delimitada por los estados pulsionales, topológica, multidimensional, y no sólo determinada por las cuatro dimensiones con las que realizamos la experiencia cotidiana de la vida.
Onda pulsión (primera entrega)
Etiquetas: Cristian Rodríguez, EPC -Espacio Psicoanálisis Contemporáneo-, física, Psicoanálisis